La llave para entender APOCALIPSIS

Por: MiguelG  (Miguel Gallegos, Uruguay)

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Apocalipsis 8:8-9 “El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como un gran monte ardiendo en fuego fue precipitado en el mar. La tercera parte del mar se convirtió en sangre, murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar y la tercera parte de las naves fue destruida.”

El elemento ardiente que cae sobre la tierra confirma lo ya dicho en cuanto a que este periodo de la tribulación es aún mucho mas severo que el comprendido en los primeros sellos. Si bien el término empleado por la profecía para describir el elemento ardiente es “or'-os” o “montaña” lo más probable es que lo descrito sea un meteorito. Es mucha la similitud que existe entre un meteorito cayendo a gran velocidad y un monte que se precipita, por lo que es procedente la interpretación. A esto debe añadirse que la Revelación NO dice que lo que caerá será un gran monte sino “algo como un gran monte”, lo que confirma la identificación con un meteorito antes hecha.

Nuevamente no existen aquí razones para apartarnos de la literalidad, pues no constituye ningún absurdo afirmar que un meteorito caerá a la tierra máxime si tenemos en cuenta las decenas de miles de ellos que están circulando en órbitas próximas a la de la tierra. El fuego que arde en torno al “monte” bien puede estar describiendo el efecto que produce la entrada de un meteorito a la atmósfera terrestre, por lo que la literalidad vuelve a imponerse.

No es posible afirmar con absoluta certeza cual será el mar en el que caerá el gran monte ardiendo en fuego o meteorito. Sin embargo, si partimos de la base de que será en la zona del Mar Mediterráneo donde se estarán desarrollando los eventos políticos con relieve profético, entonces bien podríamos afirmar que ése será el mar afectado por la profecía.

Debemos notar que el meteorito será “precipitado” en el mar. El original griego es “bal'-lo” y denota violencia en la acción. Es el mismo verbo utilizado en Apocalipsis 8:7 cuando se dice que “granizo y fuego mezclados con sangre que fueron lanzados (bal´-lo) sobre la tierra”. Y también es el mismo verbo usado en Apocalipsis 8:5 para decir que “Y el ángel tomó el incensario, lo llenó del fuego del altar y lo arrojó (bal´-lo) a la tierra”. Esto habla a las claras de que la violencia será un denominador común en los eventos apocalípticos que observaremos de aquí en adelante.

La tercera parte del mar será efectivamente transformada en sangre. No hablamos aquí de que el agua se parecerá a sangre sino que que se volverá literalmente sangre. La palabra griega que se traduce como “convirtió” es “ginomai” y literalmente significa venir a ser, pasar a ser, terminar siendo, ser transformada, todo lo cual habla de una verdadera transformación del agua.

La conversión del mar en sangre y la muerte de los peces nos llevan nuevamente en la memoria a los tiempos de Israel en Egipto: Exo 7:20 “Moisés y Aarón hicieron como lo mandó Jehová. Alzando la vara, golpeó las aguas que había en el río, en presencia del faraón y de sus siervos, y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre”. Exo 7:21 “Asimismo, los peces que había en el río murieron; el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.”

Nuevamente debo hacer notar aquí que la constante referencia y memoria que la profecía apocalíptica hace del antiguo testamento y de los tiempos del Israel antiguo, habla a las claras de la íntima conexión que existe entre este periodo de la tribulación y esa nación.

No resulta difícil adelantar que a pesar de lo catastrófico del evento, los hombres seguirán con sus corazones endurecidos, al igual que Faraón: Exo 7:22 “Pero los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, así que el corazón del faraón se endureció y no los escuchó, como lo había dicho Jehová.” Exo 7:23 “El faraón se volvió y regresó a su casa, sin prestar atención tampoco a esto.” Muchos adoptarán idéntica actitud que la de Faraón dejando pasar así una vez más la oportunidad que brinda Dios en su misericordia para volverse a El. Apocalipsis 9:20 confirma esto, al decir en relación a otros juicios que más adelante veremos que “Los demás hombres, los que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos”

Entre los efectos de la caída del meteorito o gran montaña ardiendo en fuego está el de la destrucción de la tercera parte de las naves. No resulta difícil imaginarse tal consecuencia si se tienen en cuenta las grandes olas que producirá la caída de ese elemento.

Sofonías, cuando describe el Día del Señor, menciona la destrucción de los peces del mar y precisamente esta profecía de Apocalipsis 8:8-9 colabora en gran manera al cumplimiento de lo dicho por el profeta veterotestamentario: Sofonías 1:3 “Destruiré hombres y bestias, destruiré las aves del cielo y los peces del mar”.

Apocalipsis Rev 8:10-11 “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella ardiendo como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas. El nombre de la estrella es Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se volvieron amargas.”

El juicio contenido en la tercer trompeta también se ejecuta a través de un elemento ardiente proveniente del cielo, en este caso mediante la caída de un meteorito. Un fenómeno similar veremos al analizar Apocalipsis 9:1. El hecho de que estos elementos provengan desde el cielo debería hacerle ver al hombre que es DIOS quien está detrás de las catástrofes que suceden, pero el hombre endurecerá su corazón y buscará en su finita y rudimentaria ciencia alguna “explicación” al fenómeno.

A través del profeta Jeremías, Dios anunció siglos atrás: Jer 9:15 “Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a comer ajenjo y les daré a beber aguas envenenadas.” y también dijo: Jer 23:15 “Por tanto, esto dice Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: "Yo les hago comer ajenjos y les haré beber agua envenenada, porque de los profetas de Jerusalén salió la impiedad sobre toda la tierra"

El ajenjo es extremadamente amargo y su filtración en las aguas hace que éstas no se puedan beber bajo ninguna circunstancia. Basta imaginar las letales consecuencias que una catástrofe de este tipo traería sobre nuestro planeta, máxime considerando las ínfimas cantidades de agua dulce con las que contamos en comparación con las cantidades de agua salada. En este sentido, la profecía es clara en cuanto a que la disolución de la masa gaseosa del cometa producirá un daño directo a las fuentes de las aguas y que este daño se traducirá en muerte para los hombres por efecto de la amargura.

La escasez de agua potable es ya hoy día un problema mundial. Imagínense cual será el escenario una vez que la tercera parte de lo poco que queda pierda potabilidad. La interconexión que existe entre todos los canales de agua permitirá que la contaminación procedente del cometa rápidamente se expanda por todos los ríos desde el lugar del impacto.
 

Nada indica que las aguas vayan a purificarse pasados algunos días después del impacto del cometa. Recordemos que los juicios apocalípticos se sucederán con rapidez una vez que comiencen a suceder, por lo que es de esperar que la condición de las aguas contaminadas dure hasta la venida del Señor de Apocalipsis 19.

Algunos intérpretes sostienen que la referencia de la profecía a una estrella cayendo desde el cielo ardiendo como una antorcha, bien puede referirse a una erupción volcánica con consecuencias devastadoras nunca antes vistas. Sin embargo, debo señalar que es preferible mantener la interpretación de que la revelación efectivamente hace referencia a un elemento cósmico.

La interpretación de que literalmente es una estrella cayendo se deriva de que: a) la profecía es clara en cuanto a que el elemento es una estrella o “aster” que es la misma palabra que se usa en Mat 2:2 “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, pues su estrella (“aster”) hemos visto” y b) el astro proviene del cielo o “ouranos” que es la misma palabra que usa Hechos 1:10 cuando dice “ Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo (ouranos)"

La profecía no nos informa acerca de la cantidad de muertes que la ejecución de este juicio implicará. Solo se nos dice “muchos hombres murieron”. El original griego usado allí es “polus polos” y ese término denota una cantidad abundante, por lo que es de imaginarse que el impacto y la contaminación generarán una gran mortandad.

La amargura de aguas producto de la caída del meteorito representará la amargura anunciada por los profetas para este tiempo. Dios dijo por medio de Sofonías 1:14 “¡Cercano está el día grande de Jehová! ¡Cercano, muy próximo! Amargo será el clamor del día de Jehová; hasta el valiente allí gritará.” El sabor amargo es relacionado también con el fin de los pecadores: Pro 5:3-4 “Los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más suave que el aceite, pero su final es amargo como el ajenjo”

El ajenjo es usado en la escritura también para representar el fruto de la idolatría, algo que estará aún más presente durante la tribulación. Dice Deuteronomio 29:18 “no sea que haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aleje hoy del SEÑOR nuestro Dios para ir y servir a los dioses de aquellas naciones; no sea que haya entre vosotros una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo.” Y precisamente la idolatría es una de las notas características de nuestros días aunque no tenga por destinatarios dioses de madera o metal como en la época veterotestamentaria. Bien dice Col 3:5 que la idolatría también es “fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia”. Y eso también será castigado durante la tribulación. Es por eso que Col 3:6 agrega: “Por estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia”.

Este juicio saciará de sabor amargo a aquellos acerca de los cuales dijo el profeta: Isaías 5:20 “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” Y este juicio también tendrá como especial fin castigar la continua injusticia que comete el hombre, la cual es identificada con el ajenjo: Amos 6:12 dice “¿Por qué habéis convertido vosotros el juicio en veneno y el fruto de justicia en ajenjo?”

Apocalipsis 8:12 “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciera la tercera parte de ellos y no hubiera luz en la tercera parte del día, y asimismo en la noche.”

El juicio contenido en el toque de la cuarta trompeta tiene consecuencias directas en el cielo y sus elementos. Jesucristo profetizó en Lucas 21:25 "Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas. Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque las potencias de los cielos serán conmovidas.”

No existen obstáculos para relacionar las profecías de Lucas 21 y Apocalipsis 8:12 desde el momento que ambas tienen momento de cumplimiento durante la tribulación y contienen referencia a eventos cósmicos que tienen por finalidad juzgar la humanidad en los días previos a la segunda venida visible de Jesucristo.

La profecía que analizamos produce como efecto inmediato un oscurecimiento sobre la tierra que no tiene precedentes en los registros históricos. El juicio a través del oscurecimiento tiene un antecedente directo en Exo 10:21-23 cuando Dios castigó a Egipto con tinieblas:

“Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres días hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.”


La iglesia tiene relación directa con la luz y es completamente ajena a las tinieblas, por lo que bien podría usarse el hecho de que este juicio suponga oscuridad para desconectar a la iglesia de la tribulación y afirmar que no pasará por ella. 1Th 5:5 dice “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”

La oscuridad será el primero de los efectos del juicio contenido en la cuarta trompeta. A la oscuridad seguirá el temor de todos los hombres tal como lo describió el mismo Cristo al decir en la profecía de Lucas que “Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra”.

Pero los efectos del juicio no terminan en la simple oscuridad y en el temor que sobrecogerá a los hombres. En efecto, el juicio supondrá una catástrofe sin precedente en la historia de la humanidad por los efectos que producirá la falta de luz solar sobre la tierra. Basta pensar en las consecuencias que eso traerá en la producción de mareas, las alteraciones en las cosechas, la duplicación imprevista del consumo de energía eléctrica, los cambios en las costumbres animales y posibles cambios de comportamiento, etc.

Los efectos de las tinieblas producto de la oscurecimiento del sol, luna y estrellas, producirán una serie de efectos en cadena que en su conjunto conformarán una catástrofe mundial. Como dijo el profeta Isaías “Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y quedarán sumidos en las tinieblas". Isa 8:22

Los juicios afectan la tercera parte del sol, la luna y las estrellas y no se extienden a la totalidad de la luz que estos elementos nos proveen porque de ser así eso traería como consecuencia la extinción de la humanidad. La finalidad de la tribulación no es extinguir la humanidad, sino dar al hombre su juicio y una última oportunidad de arrepentimiento.

Este juicio también caerá sobre Israel, quien también será objeto de juicio y prueba durante la tribulación. Pero como dice la profecía de Isaías:

“Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo en que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.” Isa 9:1.

No tengan la más mínima duda de que la tribulación producirá el efecto querido por Dios tanto sobre el mundo como sobre Israel, nación esta que sin duda saldrá en victoria de estos juicios como lo previó Dios en Isa 60:2 .... “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová y sobre ti será vista su gloria.

Apocalipsis 8:13 “Miré, y oí un ángel que volaba en medio del cielo y decía a gran voz: "¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para tocar los tres ángeles!"
 

La sola visión del ángel ya transmite de por sí una idea de juicio y castigo. Como hemos visto al venir analizando Apocalipsis, los ángeles están íntimamente vinculados con la ejecución de la justicia de Dios y con la aplicación de la ira divina.

El hecho de que el ángel ocupe el centro de la escena apocalíptica que se nos muestra es por sí solo demostrativo de la idea de juicio que la profecía nos quiere transmitir.

El ángel no solo ocupa el centro de la escena descrita en el versículo, sino que ocupa el centro del espacio aéreo, pues su vuelo es “en medio del cielo”. Ese trayecto trazado por el ángel también es intencionalmente usado por el texto bíblico para darnos una idea de la importancia del ángel y del anuncio que este trae consigo y proclama.

Existen algunas traducciones como La Biblia de las Américas que en lugar de “angel” dicen “águila”. La traducción como “aguila” no es del todo correcta pues el original griego es “aggelos” y la idea que transmite este término se aproxima más a la de ángel ya que significa aggelos=mensajero.

Sin embargo, como decía, algunas traducciones han optado por usar “águila”, y lo han hecho para dar una mejor idea de la resonancia que tendrá el aviso del mensajero evocando el chillido de esta ave.

La importancia del ángel que aparece en escena está dada no solo por el hecho de que vuela por en medio del cielo sino también por el hecho de que su anuncio es hecho “a gran voz”.

El anuncio que hace está precedido por un triple “ay” que es por demás informativo y gráfico de la gravedad de los juicios que se aproximan sobre la tierra.

Los primeros cuatro toques de trompeta tendrán su efecto inicial sobre la naturaleza y los elementos cósmicos.

La primer trompeta quemará la vegetación, la segunda contaminará el mar y los peces, la tercera convertirá en ajenjo los ríos y fuentes de aguas y la cuarta afectará al sol, luna y estrellas.

Pero, a diferencia de los primeros toques de trompeta, veremos que los restantes tendrán su efecto inicial sobre la humanidad. Es precisamente por ello que el anuncio del ángel dice “¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra”.

Noten que el ángel es claro en cuanto a declarar quienes serán los destinatarios directos de los juicios que vienen y es por ello que antecede su anuncio con un triple AY.

Apocalipsis 3:10 es claro en cuanto a que los juicios contenidos en la profecía serán para probar y castigar a los que moran la tierra y esto es confirmado por el ángel que ahora vuela por en medio del cielo. Los que moran o habitan en la tierra son todos los dejados atrás luego del rapto.

La iglesia no tiene su centro de interés en la tierra sino que su ciudadanía está en los cielos como dice Phi 3:20 “Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” Esto conforma un argumento adicional para sostener el rapto pretribulación.

Los juicios apocalípticos se descargarán sobre los que moran o habitan sobre la tierra y son ellos los advertidos por el ángel acerca de los juicios que vienen. ¿Necesita la iglesia esta advertencia? O mejor aún ¿cabe en los planes de Dios castigar a la iglesia siendo que ya Cristo fue castigado por ella según Isaías 53?.

La venganza solicitada por los mártires de Apocalipsis 6 es respecto de los que habitan o moran sobre la tierra. Rev 6:10 dice
“Clamaban a gran voz, diciendo: "¿Hasta cuándo Señor, santo y verdadero, vas a tardar en juzgar y vengar nuestra sangre de los que habitan sobre la tierra?”

Mal podríamos incluir a la iglesia entre los que moran o habitan sobre la tierra siendo que es sobre ellos que se pide venganza y más que nada teniendo en cuenta que a la iglesia se le adjudica ciudadanía en los cielos, como ya demostré.

La profecía dice “Ante él tiemblan los montes, y los collados se derriten. La tierra se conmueve en su presencia, el mundo y todos los que en él habitan.” Nah 1:5 Nuevamente noten que según lo dicho allí los destinatarios de los jucios y quienes sufrirán el terror de los juicios son los moradores de la tierra.

La Biblia es clara en cuanto a que resulta imposible incluir a los salvos entre los que moran la tierra. Hablando de los grandes de la fe Heb 11:13 dice
“En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.”

Y luego agrega Heb 13:14 “porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir”.

Entonces ....

... teniendo la iglesia ciudadanía en los cielos y siendo los salvos extranjeros en esta tierra y buscadores de la patria celestial ¿cómo pues podemos decir que la iglesia pasa por la tribulaicón siendo que esta cae sobre los moradores de la tierra y siendo que la iglesia no forma parte de ese grupo?

El anuncio del angel es claro en cuanto a que el triple “ay” es pronunciado como consecuencia de la severidad de los juicios que vienen contenidos en los restantes 3 toques de trompeta.

Imaginen cual será la severidad a la que llegarán los juicios que hasta para el ángel dichos juicios merecen ser precedidos en su anuncio con un triple “ay”.

Rev 12:12 contiene una advertencia similar a la contenida en el versículo bajo análisis:
“Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo".

Resta solamente decir que la profecía contenida en este versículo supone una pausa en la ejecución de los juicios apocalípticos que venimos analizando.

Al avanzar en el estudio de Apocalipsis hemos visto que hay escenas como ésta que suponen una interrupción o detención en el derramamiento de la ira divina.

La escena de silencio de Apo 8:1 es un claro ejemplo de esto que digo y también puedo citar la de Apocalipsis 6:9-10.

Tales pausas en la revelación le dan a las escenas que siguen después un mayor dramatismo y expectación al tiempo que enmarcan la profecía con una solemnidad indescriptible.

Otras pausas que ofrece el texto de la revelación además de las mencionadas y que suponen una detención en la ejecución de los juicios están en:

Apocalipsis 7, cuando se nos revela tocante a los 144.000 y la multitud vestida de ropas blancas.

Apocalipsis 8 en la parte que describe al ángel con el incensario.

Apocalipsis 10 cuando describe la escena del ángel con el librito.

Apocalipsis 11 en la parte que revela el toque de la séptima trompeta y la visión del templo abierto en el cielo.

Y hay otras más que las analizaremos a medida que avancemos en el estudio del texto.

Por lo pronto, cabe simplemente decir que estas pausas no son casuales sino que contienen una fuerte significación en la revelación que ya habré de ampliar cuando llegue el momento.

Hasta ahora, como vimos, las pausas a las que nos hemos visto enfrentados tienen por fin dotar de mayor solemnidad el inicio de juicios sin precedentes en la historia.

Las pausas también tienen por efecto establecer divisiones en la revelación de forma de que esta pueda ser entendida mejor.

Al mismo tiempo, la suspensión temporal de la ejecución de los juicios parece obrar como una muestra de misericordia de Dios, quien busca también a través de la tribulación la humillación del hombre y el consecuente arrepentimiento.

Como ya hemos visto en el avance de este estudio, el arrepentimiento y la salvación serán posibles en este periodo, pero como dice la Biblia los hombres optarán por no acceder a ese último estadio de gracia: "Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos (Apo 9:20-21).

Las letales consecuencias que tendrá en ese periodo la aceptación de Cristo como salvador y el dolor e incomprensión que los hombres experimentarán por efecto de los juicios, sin duda serán las dos razones más recurrentes para desechar la salvación.

 

Apocalipsis 9:1-2 "El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo."

El análisis de los tres toques de trompeta que restan entenderemos el por que del triple "ay" que el ángel que estaba en medio del cielo pronunció sobre los moradores de la tierra.

El quinto toque de trompeta tiene por efecto la caída de una estrella del cielo a la tierra.

Cabe preguntarse aquí si la profecía refiere a una estrella literal o si el concepto debe ser entendido figurativamente. Corresponde que nos hagamos esa pregunta en virtud de que los versículos atribuyen a la estrella cualidades que no son propias de las cosas inanimadas. Dice que "se le dio la llave" y que la estrella "abrió el pozo del abismo", y estas son dos referencias que solo pueden ser hechas en relación a un ser animado.

En párrafos anteriores he abundado explicando los criterios que deben regir la interpretación de la profecía y he dado pruebas de que la literalidad es la regla (puesto que las profecías pasadas así se cumplieron) y que la interpretación espiritual o figurativa es la excepción.

Solo debemos proceder interpretando espiritualmente cuando la interpretación literal nos conduzca a un absurdo. Y éste precisamente es uno de esos casos. Desde el momento que una estrella no puede tener en su poder una llave y mucho menos abrir el abismo, debemos entender que el término allí es usado en sentido figurativo y que refiere a un ser animado.

Al estudiar los anteriores toques de trompeta (Apocalipsis 8:10) vimos que no existía ningún obstáculo en interpretar el término "estrella" (asteres) en forma literal puesto que no era descabellado ni absurdo que un astro o meteorito cayera sobre la tierra.

Ahora, la propia profecía nos da elementos que nos permiten apartarnos solo por un instante de la literalidad. Pero tal apartamento de la literalidad no puede llevarnos por caminos de interpretación donde domine nuestra imaginación.

Por el contrario, siempre que usemos un método espiritual o interpretemos figurativamente, debemos atender a la interpretación que de ese símbolo o figura hace la propia Biblia.

Por ejemplo, en Apocalipsis 22:16 el mismo Jesús dice que El es "la estrella resplandeciente de la mañana" y estamos de acuerdo que eso no significa que El sea un astro.

En Apocalipsis 1:20 se nos dice que las siete estrellas con las que aparece Cristo en la visión de Juan son los ángeles de las siete iglesias. Igual sucede en Apocalipsis 2:1 y 3:1.

Estamos de acuerdo que por más que el original griego usado en esos pasajes sea el mismo: "asteres", allí no se está usando el término en la misma forma en que por ejemplo se usa en Apocalipsis 6:13 cuando se dice "y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra"

Lo que quiero decir es que es el término "estrella" debe ser interpretado según el contexto y sin pasar por alto las reglas de aplicación y desaplicación de la literalidad que más arriba hemos comentado.

En este caso, ese contexto y esas reglas de interpretación, imponen que debamos tomar el término "estrella" de Apo 9:1-2 como haciendo referencia a un ser inteligente capaz de recibir una llave, conservarla y luego usarla en la forma que dice la profecía.

El ser inteligente en cuestión recibe la llave del pozo del abismo y hace que nos preguntemos que cosa es el abismo, quienes habitan allí y donde está ubicado.

Apocalipsis 20:3 es un pasaje relevante en la búsqueda de las respuestas a estas preguntas. Este pasaje dice hablando del encadenamiento y prisión del diablo al comienzo del milenio ...

"Lo arrojó al abismo, lo encerró y puso un sello sobre él, para que no engañara más a las naciones hasta que fueran cumplidos mil años. Después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo."

Este pasaje de Apocalipsis 20 nos permite ver que la llave que es entregada a este ser de Apocalipsis 9 corresponde a un lugar de prisión, de detención de seres o espíritus malignos.

Al analizar Apocalipsis 9:3 veremos que nada bueno sale de ese pozo una vez que éste es abierto ...

"Del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder, como el poder que tienen los escorpiones de la tierra."

Veremos también lo poco amistosas que serán estas langostas y como harán que los hombres deseen y busquen la muerte en forma colectiva como nunca ha sucedido en la historia de la humanidad.

 

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