La llave para entender APOCALIPSIS

Por: MiguelG  (Miguel Gallegos, Uruguay)

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Jesucristo, el autor de la revelación contenida en Apocalipsis, nos dio la llave para entender la profecía de Apocalipsis en una forma clara y sencilla.

Contrariamente a lo que muchos creen y enseñan, Apocalipsis no es un libro confuso, ni mucho menos oscuro. Apocalipsis viene del griego “Apokalypsis” y significa “revelación”.

Como “revelación” que es, Apocalipsis no pretende ocultar la profecía detrás de simbología ni visiones desordenadas. “Apokalypsis” significa correr el velo, poner a la vista de todos, quitar la cubierta. Apocalipsis, por ende, debe ser un libro claro, ordenado.

Siendo Apocalipsis una “revelación”, la profecía contenida en el libro no debe interpretarse espiritualmente ni alegóricamente, sino literalmente.

Interpretar Apocalipsis en forma espiritual o alegórica solo nos llevaría a esconder la profecía, ocultarla, cuando en realidad Apocalipsis es una “revelación” (Apocalipsis 1:1).

Cuando Apocalipsis utiliza un símbolo así se aclara por la profecía y el propio autor de la revelación nos da su interpretación, la cual debe ser tomada literalmente.

Es en este contexto de “revelación” que su autor, Jesucristo (Apocalipsis 1:1), nos dio en la misma profecía la clave, la llave, la estructura de la misma, el orden de los acontecimientos, para que podamos interpretarla correctamente.

Esta es la llave .... Cristo le dice al apóstol Juan:
 

”Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas(Apocalipsis 1:19).


Esta es la clave, la cronología, el orden bajo la cual se suceden los eventos proféticos contenidos en la revelación.

Vayamos por orden.

Apocalipsis 1:19 anuncia que el libro se divide en 3 partes:

1) Las cosas que has visto (capítulo 1)

2) Las cosas que son (capítulos 2 y 3)

3) Las cosas que han de ser después de estas (capítulos 4 al 22).

¿Qué son cada una de estas cosas? ¿Dónde comienzan y donde terminan cada una de ellas? Lo veremos en el próximo post de este estudio.

 

1) Las cosas que has visto (capítulo 1)


¿Qué fue lo que Juan había visto cuando Cristo le dice esto en Apocalipsis 1:19 "Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas"?

Pues Juan tuvo una visión de Cristo glorificado al comienzo de la revelación que está contenida en el Capítulo 1 de Apocalipsis, más concretamente en Apocalipsis 1:10–18 ...


"10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,

13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve;sus ojos como llama de fuego;

15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.

16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades."


Estas cosas que se describen en el capítulo 1 y que vengo de citar son “las cosas que has visto” y refieren a la visión que Juan tuvo de Cristo glorificado.

Esta es la primera parte del libro, la primera división, y representa el PASADO al momento en el cual Juan recibió la revelación. En ese momento, mientras Juan recibía la revelación en la isla de Patmos y escribía, venía de ver a Cristo.

 

 

2) "Las cosas que son" (capítulos 2 y 3)


La segunda parte del libro, la segunda división, está comprendida en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis.

¿Por qué razón “las cosas que son” deben identificarse con los capítulos 2 y 3?

Pues muy sencillo y claro, porque los capítulos 2 y 3 es lo que sigue al capítulo 1 de Apocalipsis. Como les comenté al principio, Apocalipsis está muy lejos de ser un libro confuso o desordenado. Apocalipsis 1:19 le da una perfecta estructura al libro.

Noten por favor que “las cosas que son” (capítulos 2 y 3) siguen, vienen después, ocurren luego de “las cosas que has visto” (la visión del capítulo 1).

¿A que refieren los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis?

A la iglesia, considerada en todos sus tiempos y en todas sus características, representadas a través de las iglesias de Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

Estos dos capítulos contienen mensajes del Señor Jesucristo a 7 iglesias que existían en la época en que fue dada la revelación.

Pero también deben considerarse como una representación de la Iglesia a través de todos los tiempos, desde el día de Pentecostés (Hechos 2) hasta el arrebatamiento (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Las 7 cartas contienen una revelación de características de Cristo así mensajes de reprensión, aliento, promesa, advertencia y, en algunos casos elogios, a todas las iglesias e integrantes existentes en todos los tiempos.

Así por ejemplo, estas 7 contienen:

* revelaciones de los atributos de Cristo: "El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió" (Apocalipsis 2:8). "He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios" (Apocalipsis 3:14).

Y pueden ver más de estas características de Cristo reveladas en las cartas en 2:1; 2:12; 2:18; 3:1; 3:7.

* advertencias a la iglesia y sus integrantes acerca de la mirada constante del Señor y su examen continuo: "Yo conozco tus obras" (Apo. 2:9; 2:2; 2:19; 3:8, etc.).

"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete" (Apo. 3:19).


* amonestaciones: "Tengo contra tí, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras" (Apo. 2:4).

"Tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam" (Apo. 2:14); "No he hallado tus obras perfectas delante de Dios" (Apo. 3:2); "Por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apo. 3:16)
,etc.

* reconocimientos: "Yo conozco (...) tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes tolerar a los malos, y has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos, y has sufrido y has tenido paciencia" (Ap. 2:2-3).

"Retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aún en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros" (Ap. 2:13); "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas" (Ap. 3:4).


* promesas a la iglesia y sus integrantes: "Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida" (Apo 2:7); "El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte" (Apo 3:11); "Al que venciere le daré a comer del maná escondido" (Apo. 3:17); "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones" (Apo. 2:26)".

"Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra" (Apo. 3:10); "Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios" (Apo 3:12); "Al que venciere le daré que se siente conmigo en mi trono" (Apo. 3:21).


Entonces, estos dos capítulos hablan de la Iglesia y sus integrantes como las “cosas que son” ahora, en la actualidad, hoy. La iglesia es el PRESENTE al momento en que Juan está recibiendo la revelación y es el PRESENTE hoy.

Todas estas cartas a las 7 iglesias están dirigidas a todas las iglesias e integrantes de todos los tiempos, independiententemente de que sus destinatarias originales fueron 7 iglesias que existían en la época en que Juan recibió la revelación.

Noten por favor el caracter universal de las cartas y aplicación a todos los tiempos en lo que dice la propia profecía ...."El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (2:7).

Esto que aparece en Apocalipsis 2:7, se repite en todas las cartas, con lo cual queda claro que todas ellas se aplican a todas las iglesias en todos los tiempos: 2:11; 2:17; 2:29; 3:6; 3:13; 3:22.

Finalmente, esta segunda división del libro, la que representa el PRESENTE contiene una invitación de Cristo a todo aquél que todavía no le ha recibido, pues AHORA hay tiempo todavía de ser parte de su esposa:

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a él, y cenaré con él y él conmigo" (Apo. 3:10)..

Ahora, mientras lees este mensaje, Cristo te está diciendo a tí esto. El tiempo es ahora.

Con esto, ha quedado presentada la segunda parte del libro, la segunda división, que representa el PRESENTE, es decir la era de la Iglesia.

 

3) Las cosas que han de ser después de estas (capítulos 4 a 22).


Estos capítulos 4 al 22 comprenden la tercera parte en la cual se divide el libro de Apocalipsis. Estos capítulos revelan el FUTURO, lo que sigue a la era de la iglesia de los capítulos 2 y 3.

Para entender qué son son “las cosas que han de ser después de estas”, antes debemos determinar ¿a que cosas se llama “estas” en la profecía?

Las cosas que la revelación llama “estas” son los capítulos 2 y 3, es decir el presente, la era de la Iglesia. Son los capítulos 2 y 3 los que anteceden inmediatamente a los capítulos 4 al 22.

Nótese que allí dice “las cosas que han de ser
después de estas”.

¿Después de que?

Pues después de los capítulos 2 y 3 que, como ya vimos, representan el PRESENTE, “las cosas que son”, la Iglesia.


Esto significa que lo que sigue en los capítulos 4 a 22 son cosas que seguirán al PRESENTE, que seguirán a la era de la iglesia y por tanto, son cosas que pertenecen al FUTURO. Si no fuera así, la profecía no calificaría a los capítulos 4 al 22 como cosas que serán después de la iglesia.

Por si alguna duda les queda al respecto, presten atención a esto.

Observen con atención de qué forma el comienzo del capítulo 4 confirma plenamente esto que vengo de exponer y deja en evidencia que lo comienza allí en el capítulo 4 está en el FUTURO y comienza efectivamente luego que finalice la era de la iglesia representada por esas 7 iglesias de los capítulos 2 y 3.

Dice Apocalipsis 4:1 .... “
Después de esto miré y he aquí una puerta abierta en el cielo”.

¿Después de que?

Pues “después de
esto”.

¿Qué es “esto”?

Pues los capítulos 2 y 3 que marcan la era PRESENTE, la era de la iglesia.

El propio Apocalipsis 4:1 anuncia claramente que lo que sigue en la profecía está cronológicamente ubicado DESPUES DE LA IGLESIA, después de los capítulos 2 y 3.

Y por si alguna duda todavía queda al respecto, en Apocalipsis 4:1 se le vuelve a decir a Juan “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán
después de estas”.

De nuevo ....¿a qué cosas la profecía llama de nuevo como “estas”?

“Estas” son las cosas de las cuales viene de hablarse en los capítulos 2 y 3, es decir, la iglesia, la era PRESENTE.

Noten que Apocalipsis 4:1 anuncia que lo que se revelará a continuación y en el resto de los capítulos del libro
“SUCEDERÁN DESPUES” DE LA IGLESIA.

Y Apocalipsis 4:1 hace esta importantísima revelación dos veces, confirmando así lo que dice Apocalipsis 1:19 en cuanto a la división del libro en tres partes: PASADO (capítulo 1), PRESENTE (caps. 2 y 3) y FUTURO (caps. 4 a 22).

Tenemos entonces que el propio Cristo nos dio la estructura de la revelación, el orden de sucesos, la llave para interpretar Apocalipsis:

1) Las “cosas que has visto”
representan o son el PASADO, están constituidas por la visión de Cristo glorificado que vió Juan y son el capítulo 1.

2) Las “cosas que son”
representan o son el PRESENTE, están constituidas por la era de la IGLESIA y son los capítulos 2 y 3 de la revelación. Las 7 iglesias mencionadas en estos capítulos son una imagen de toda la iglesia a través de los tiempos desde Pentecostés hasta el Arrebatamiento.

3) Las “cosas que han de ser después de estas”
representan el FUTURO, están constituidas por las “cosas que sucederán después” de la iglesia, y son los capítulos 4 a 22 de la revelación. Esto es confirmado por el propio capítulo 4 cuando en su versículo 1 anuncia DOS VECES que lo que sigue son las “cosas que sucederán después” de la iglesia.

En el próximo post analizaré qué es lo que divide PRESENTE Y FUTURO en esta profecía. Es decir, en que momento se pasa de Apocalipsis 2 y 3 al cumplimiento de Apocalipsis 4 a 22 y cual es el hecho determinante de que se produzca tal importante quiebre en el tiempo.

Tengan presente la bendición especial que este libro de Apocalipsis contiene ... "Bienaventurado el que
lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca" Apocalipsis 1:3.

 

DEL PRESENTE (caps 2 y 3) AL FUTURO (caps. 4 a 22)

¿Cómo se pasa del PRESENTE, es decir de la era de la Iglesia, al FUTURO, es decir a la tribulación de 7 años, la venida de Cristo, el milenio y la eternidad?

¿Qué hecho es el que divide el tiempo de Apocalipsis entre PRESENTE y FUTURO?

¿Qué evento marca el pasaje desde los capítulos 2 y 3 al capítulo 4 y siguientes?

¿Qué cosa es lo que marca el fin de la era de la iglesia sobre la tierra? ¿Qué es la línea que divide el tiempo?

Pues la respuesta está en 1 Tesalonicenses 4:16-17 .....

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”

El arrebatamiento determina el encuentro del Señor con todos los salvos integrantes de la iglesia desde Pentecostés hasta ese momento.

Los integrantes de la iglesia que estén muertos serán resucitados y los que estemos vivos seremos transformados.

Ambos grupos serán reunidos con el Señor. Ambos grupos se encontrarán con el Señor simultáneamente ...

“nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron” (1 Tesalonicenses 4:15).

Mediante el arrebatamiento se cumplirá lo que el Señor anunció en Juan 14:3 cuando dijo ....

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

Este evento del arrebatamiento será lo que marcará el fin de la era de la iglesia sobre la tierra.

Este es el fin de “las cosas que son”, el fin de lo que es PRESENTE en Apocalipsis.

Apocalipsis no describe el arrebatamiento, este evento que se ubica entre el fin del capítulo 3 y el comienzo del capítulo 4, porque el fin de Apocalipsis es revelar el orden de sucesos que supondrá el día del Señor, es decir la tribulación, los juicios de Dios y la instauración de su reino sobre la tierra.

El fin de Apocalipsis es revelar como se consumará y como concluirá el plan de Dios.

El arrebatamiento ocurre mucho antes de todos los eventos descritos en Apocalipsis y que constituyen la tribulación de 7 años.

La iglesia no está puesta para ira (1 Tes 5:9) por tanto ninguna relación tiene con los eventos que profetiza Apocalipsis, sino hasta el momento en que se anuncia la llegada de las bodas del Cordero en Apocalipsis 19.

De allí que el arrebatamiento no se describa. Sin embargo, la estructura dada por Apocalipsis 1:19 claramente indica que tal evento ocurrirá antes que comience a sucederse el capítulo 4.

Será este evento, el fin de la era de la iglesia a través del arrebatamiento, lo que determinará el comienzo del cumplimiento de las “cosas que han de ser después de estas” (Apocalipsis 1:19) o las “cosas que sucederán después de estas” (Apocalipsis 4:1).

Toda la revelación dada a partir del capítulo 4 es vista DESDE EL CIELO. Esto confirma que la iglesia se encuentra en el cielo mientras se suceden los eventos descritos a partir de ese capítulo.

El hecho de que la iglesia NO VUELVA A SER MENCIONADA a partir del capítulo 4 también confirma que la Iglesia no está presente en la tierra mientras se sucede la tribulación de 7 años.

La circunstancia de que sean los 144.000 sellados (Apo 7), los 2 testigos (Apo 11) y un ángel (Apo 14:6) quienes prediquen el evangelio mientras se suceden los capítulos 4 a 22 también confirma la ausencia de la iglesia sobre la tierra.

La iglesia recién vuelve a mencionarse en Apocalipsis 19:7 cuando aparece allí como la esposa del Cordero, lo cual termina de confirmar que NO está en la tierra mientras se sucede lo que Apocalipsis llama “las cosas que han de ser después” de la iglesia.

A modo de conclusión ...

Cristo mismo nos dio en su revelación profética la clave, la llave, para entender Apocalipsis.

El libro se divide en tres partes que se suceden una después de la otra, en el orden cronológico indicado por la propia profecía:

PRIMERO, lo que SUCEDIÓ: la visión de Cristo que vio Juan y que está en el PASADO (capítulo 1).

SEGUNDO, lo que SUCEDE: la era de la iglesia (capítulos 2 y 3, desde Pentecostés hasta el Arrebatamiento).

TERCERO, lo que SUCEDERÁ: la tribulación (durante la cual la iglesia no estará presente en la tierra), la venida de Cristo en gloria, el milenio y la eternidad (capítulos 4 a 22).

El arrebatamiento de la Iglesia es lo que marca, lo que define, lo que determina, lo que fija la línea de tiempo entre el PASADO y el FUTURO en Apocalipsis, lo que marca la línea de tiempo entre el capítulo 3 y el capítulo 4 y siguientes.

Todo esto nos da la clave para entender el Apocalipsis.

Todo esto nos permite concluir que la iglesia estará en el cielo cuando comience Apocalipsis 4 y 5 y, por tanto, no estaremos en la tierra cuando comience la tribulación que se describe a partir del capítulo 6, sino que estaremos con el Señor.

“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:18).

 

Apocalipsis 4:1 “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”

“Después de esto” significa que lo que sigue a partir de Apocalipsis 4 y a través de todo el resto del Apocalipsis, son eventos que sigue a la era de la iglesia, al rapto. No abundaré en detalles sobre esto pues creo que ha quedado suficientemente esbozado . Bajo esta expresión debemos entender “después de la era de la iglesia” ya que lo que precede a este versículo son los capítulos 2 y 3. Todo está en un todo de acuerdo con la estructura del libro dada en Apocalipsis 1:19.

“He aquí una puerta abierta en el cielo”. Apocalipsis nos traslada a partir de este momento del estudio al cielo y desde allí es que serán vistos los acontecimientos que siguen en el resto del libro. Debemos recordar que la iglesia ya no estará en la tierra cuando Apocalipsis 4:1 comience a suceder. Una vez que Juan sube al cielo, entonces ve el desarrollo de los acontecimientos apocalípticos desde allí, desde arriba, no desde la tierra. De igual forma los veremos nosotros, la iglesia, que no aparecemos mencionados a partir de este momento sino hasta Apocalipsis 19. Este pasaje, pues, nos traslada en nuestro estudio al cielo y desde allí es que veremos lo que sigue.

“Y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Hay algunos serios estudiosos de la profecía que ven en este versículo la descripción del arrebatamiento de la iglesia.

Tienen buenas razones para sostener esto como les mostraré a continuación.

El versículo describe el arrebatamiento de Juan al cielo justo en el momento en que termina el capítulo 3 y comienza el capítulo 4, es decir justo en el momento que termina la era de la iglesia.

Dicen además que Juan representa a la iglesia por cuanto Juan es miembro de la iglesia, Juan es uno de las columnas pilares de la iglesia según Gálatas 2:9 y aún parte de los cimientos de la iglesia como todos los apóstoles según Efesios 2:20. Dicen estos estudiosos que al revestir Juan todas estas características, entonces Juan no puede ser separado de la iglesia. Consecuentemente, señalan que el arrebatamiento de Juan al cielo descrito en 4:1 es en realidad también el arrebatamiento de toda la iglesia.

Existen más argumentos para sostener que el rapto de Juan descrito en 4:1 es el rapto también de la iglesia.

En efecto, el verso 4:1 habla de una voz como de trompeta y eso coincide con la trompeta que sonará cuando ocurra el rapto según 1 TES 4:16 y 1 COR 15:52. Bajo esta interpretación, quienes seamos arrebatados escucharemos al momento del rapto la voz del Señor diciendo esto mismo que dice Apocalipsis 4:1 “sube acá”.

El llamado es repentino, la voz es como de trompeta, está ubicado justo después de la era de la iglesia, Juan es un miembro de la iglesia, por lo tanto bien se podría decir que es el llamado que ser hará a la iglesia cuando suceda el rapto.

Sin embargo, si bien reconozco que la interpretación de que el rapto de Juan es el rapto de la iglesia es defendible y tiene buena base bíblica, debo confesarles que no creo que podamos defenderla sin dejar lugar a la duda.

Es una interpretación que considero muy seria, pero debemos tener en cuenta varias cosas:

1) 4:1 solo nos habla de Juan y no de la iglesia;

2) cuando Apocalipsis quiere referirse a la iglesia la llama “iglesia” o “esposa” tal como podemos ver en los capítulos 2, 3 y 19.

3) 4:1 deja claro en todo momento que la voz le habla a Juan y que la orden de que subiera es a los efectos de que se le fueran mostrado las cosas que seguirían a la era de la iglesia.

4) Ese rapto de Juan es un rapto que tiene una finalidad distinta a la del rapto de la iglesia. La iglesia será raptada antes de la tribulación para estar con Cristo según Juan 14:3, ser librada de la hora de la prueba según Apocalipsis 3:10, ser juzgada ante el Tribunal de Cristo según Romanos 14:10 y celebrar las bodas del Cordero según Apocalipsis 19:7. En cambio, el rapto de Juan tiene por finalidad mostrarle a Juan la revelación de lo que sigue a la era de la iglesia.

Entonces, si bien identificar el rapto de Juan con el rapto de la iglesia tiene cierta base bíblica, considero que estas cuatro cosas que vengo de anotar deben dejar lugar a la duda. Podemos adoptar la interpretación que vengo de esbozar, pero debemos ser prudentes y tener en cuenta las cuestiones anotadas en los puntos 1 a 4.

De lo que no hay duda es que al comienzo de este capítulo la iglesia ya no estará en la tierra al igual que no lo estará mientras se desarrollan los capítulos 4 en adelante. Ello fue abundantemente fundado y no considero que debamos volver sobre ello. También oportunamente ya expliqué que considero que el rapto de la iglesia no está descrito en Apocalipsis. Sabemos que se cronológicamente se ubica entre el final del capítulo 3 y el comienzo del capítulo 4. Es el rapto de la iglesia lo que marca el pasaje de la era presente (capítulos 2 y 3) al futuro (capítulos 4 a 22). El rapto es la línea de tiempo que separa el presente del futuro y lo que disparará el cumplimiento de los capítulos 4 a 22 de Apocalipsis. El rapto no puede ocurrir en otro momento que no sea antes del comienzo del capítulo 4 pues así lo impone la estructura dada en Apocalipsis 1:19 y todo el contexto bíblico.

 

Apocalipsis 4:2 “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.”

Lo que ocurre aquí es consecuencia directa del “sube acá” que vimos en el versículo anterior. Juan vio una puerta abierta en el cielo y fue llamado a subir.

El efecto inmediato de ese llamado es que Juan se encuentra en el Espíritu, es decir se encuentra transportado al cielo espiritualmente. Si bien las versiones habla del “Espíritu” con mayúsculas y ello podría hacer pensar que la referencia es al Espíritu Santo, parece más prudente sostener que en realidad Apocalipsis 4:2 habla del espíritu de Juan y no del Espíritu Santo.

En Apocalipsis 1:10 Juan también nos menciona que estaba en el Espíritu al comenzar a recibir la revelación y parece más razonable pensar que el versículo habla de un traslado del espíritu de Juan, una situación espiritual a tal nivel que resultaba apta para recibir la revelación. Pablo había experimentado una situación similar según podemos ver en 2 Corintios 12:2-4 donde se relata que fue arrebatado hasta el tercer cielo y donde relata que se le revelaron cosas que no puede revelar.

Debemos tener en cuenta que las revelaciones de Dios no caben en ninguna mente humana. Es por ello que es necesario que Juan estuviera en una situación espiritual especial para recibir la profecía de Apocalipsis. Eso explica la razón por la cual Juan estaba en el espíritu cuando comenzó a recibir la revelación en Apo 1:10 y por qué también lo estaba ahora en Apo 4:2.

El trono establecido en el cielo del cual habla el versículo, es el trono de Dios. El profeta Ezequiel había tenido la misma visión según podemos leer en Ezequiel 1:26-27 donde dice “Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él”.

El trono nos da la idea de absoluta soberanía de Dios y en este contexto apocalíptico nos da principalemnte la idea de juicio. El ver el trono a esta altura de la revelación ya nos da la idea de que Dios está a punto de intervenir y sus juicios están a punto de desatarse, tal como sucederá a partir del capítulo 5 y siguientes.

Dice el Salmo 9:7 “Pero Jehová permanecerá para siempre; ha dispuesto su trono para juicio”, con lo cual se reafirma esta idea que expresé antes de que el trono así como se nos muestra nos sugiere el pronto comienzo de los juicios. Esta escena que se nos presenta me recuerda lo que dice Zacarías 3:13 “Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada”. El panorama que tenemos ante nuestros ojos de un trono establecido y a Dios sentado en él, nos habla de juicio, de que Dios está listo para comenzar a desencadenar la serie de eventos finales, de la tribulación que vendrá y que se desarrollará en los capítulos 6 en adelante.

Dios siempre ha estado y estará en su trono absoluto y soberano. Pero el hecho de que aquí ese trono se nos muestre nos habla de una pronta acción de Dios sobre la tierra y la creación.

 

Apocalipsis 4:3 "Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda."

La profecía continúa describiéndonos el trono, centrando ahora nuestra atención sobre quien está sentado en él, es decir, Dios.

Juan no da una descripción detallada de Dios y ello por varias razones. Primero porque Dios está cubierto de luz que impide una descripción. Dice 1 Timoteo 6:16 que Dios habita en luz inaccesible y que ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. Y dice el Salmo 104:2 que Dios se cubre de luz como vestidura. Segundo, Juan no puede describir en detalle porque sencillamente no hay palabras para describir a Dios.

Entonces lo que hace la profecía revelada a Juan es establecer semejanzas. Dice que el aspecto de Dios es semejante a piedra de jaspe. Esto coincide con Apocalipsis 21:11 donde dice hablando de la nueva Jerusalén y de la gloria de Dios "Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal". La piedra jaspe es de color blanco y se caracteriza por su brillantez. El jaspe puede interpretarse como símbolo de pureza y santidad, los cuales son atributos por excelencia de YHWH. Si leemos Apocalipsis 21:19 veremos que esta piedra, el jaspe, es el primer cimiento de la nueva Jerusalén.

A diferencia del jaspe, la cornalina es roja. Según Apocalipsis 21:20 es el sexto de los fundamentos de la nueva Jerusalén. Simboliza la ira de Dios y los juicios a través de los cuales esta ira se ejecuta.

En este contexto de preparación de juicio apocalíptico en el cual nos estamos adentrando, tiene fundamento decir que el jaspe y la cornalina en el trono de Dios, nos están hablando de que la ira de Dios está a punto de derramarse, los juicios están por comenzar (cornalina) y que esos juicios serán justos y santos (jaspe), tal como es propio de nuestro Dios. Tal como dice Apocalipsis 19:2 los juicios (cornalina) son "verdaderos y justos" (jaspe).

El arco iris que aparece alrededor del trono representa algo maravilloso, la paciente y grande misericordia de Dios. El arco iris nos recuerda el pacto que Dios hizo con Noé respecto a que no volvería a destruir la tierra mediante diluvio según está escrito en Génesis 9:13-16. El arco iris es un símbolo de la fidelidad de Dios en el cumplimiento de sus pactos, es un símbolo de su amor, de su misericordia. La Biblia dice que "es tardo para la ira y grande en misericordia y verdad" (Éxodo 34:6).

El color del arco iris es de color esmeralda, es decir un color similar al verde, lo cual viene a atemperar en parte el color de la cornalina. Es decir, la misericordia de Dios viene a atemperar su ira. La significación de esto es enorme teniendo en cuenta que estamos en el contexto de los juicios apocalípticos. Esto nos habla de que Dios tendrá misericordia (arco iris) aún una vez que haya sido quitada la iglesia de la tierra y hayan comenzado los juicios apocalípticos (cornalina y jaspe). La salvación seguirá siendo posible aún luego del arrebatamiento de la iglesia, siempre claro está a través de la fe en la obra de Cristo en la cruz, pero tal salvación luego del rapto tendrá como consecuencia la persecución y la muerte del creyente (Apocalipsis 20:4).

En síntesis, el versículo en cuestión nos da una enseñanza acerca de la pureza, la santidad, la ira y el juicio de Dios y por sobre todo, nos enseña que Dios seguirá siendo misericordioso mientras se ejecuten los juicios apocalípticos, porque El es el mismo ayer, hoy y siempre !!!!! (Hebreos 13:8).

Al tratar el próximo versículo nos encontraremos con 24 ancianos que rodean este trono. Analizaremos si son la representación de la iglesia o, si por el contrario, son seres celestiales especiales diferentes a la iglesia. Este es un tema bastante discutido, pero creo que la Escritura aporta suficientes elementos como para que podamos tener tranquilidad de tener una interpretación correcta, no privada, sino proveniente del Espíritu.

 

Apocalipsis 4:4 “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”.

Como les adelanté en el último post, este versículo ha dado lugar a dos interpretaciones. Hay quienes entienden que estos 24 ancianos representan a la iglesia y quienes entienden que son seres celestiales que revisten determinada jerarquía.

Rápidamente les daré los argumentos que existen a favor de cada una de estas interpretaciones y les comentaré cual entiendo que es la que tiene mayor base bíblica y es más prudente sostener. Les pido que por favor lean el post con una Biblia a mano, como siempre debe ser, así pueden leer las citas bíblicas que pongo.

A favor de que los 24 ancianos son la iglesia tenemos:

· Estos 24 ancianos cantan una canción de salvación, alabando a Cristo por haber sido redimidos (pueden ver esta alabanza en Apocalipsis 5:8-10).

· Están sentados en tronos y a la iglesia precisamente se le prometieron tronos según vemos en Mateo 19:28 y Apocalipsis 3:21.

· Tienen coronas y coincide conque a la iglesia se le prometieron coronas según lo dice Apocalipsis 2:10 (corona de la vida) y 3:11 y 1 Pedro 5:4 (corona incorruptible de gloria).

· Se dice de ellos que son reyes y sacerdotes según podemos ver en Apocalipsis 5:10 y eso coincide con el hecho de que los integrantes de la iglesia también somos reyes y sacerdotes según 1 Pedro 2:5 y 9 (sacerdotes) y Apocalipsis 1:4 (reyes y sacerdotes).

· El número 24 es simbólico del llamado de la iglesia al sacerdocio. El sacerdocio judío se dividía en 24 turnos según podemos comprobar leyendo 1 Crónicas 24:1-19. Otra explicación para el número 24 sería que representa tanto las 12 tribus de Israel como los 12 cimientos de la iglesia que son los apóstoles.

Ahora bien, estos argumentos que vengo de enumerar parecen ser bastante convincentes como para sostener que los 24 ancianos son la iglesia. Sin embargo, hay algunas cuestiones que esta interpretación no ha podido resolver y que me han llevado últimamente a rechazar la idea de que esos 24 ancianos sean la iglesia.

Ello no afecta en lo más mínimo la verdad bíblica ya comprobada y establecida de que la iglesia no estará en la tierra cuando comience Apocalipsis 4.

Estas razones que últimamente me han llevado a entender que la interpretación más prudente y correcta es que estos 24 ancianos no son la iglesia, sino 24 seres celestiales de jerarquía, son las siguientes:

· Al comenzar el capítulo 4, si bien la iglesia ya está en el cielo, todavía no ha sido galardonada como para que ya esté en posesión de coronas.

· Cuando Apocalipsis usa símbolos así lo deja claro y nos da su interpretación o nos remite a otro pasaje para que obtengamos su interpretación. En este caso se nos habla de 24 ancianos sin que la profecía deje lugar a entender que se está hablando de un símbolo de la iglesia, por ejemplo. Son 24 ancianos literalmente.

· Si decimos que los 24 ancianos son simbólicos, entonces también deberemos volver simbólicos otros pasajes de Apocalipsis y eso entorpecería el entendimiento de la profecía. Como les dije en el post 1, Apocalipsis es Revelación, es correr el velo, hacer luz, y como tal es clara.

· Si analizamos el contexto de todo Apocalipsis, veremos que la profecía no nos da a entender que estos 24 ancianos sean un grupo simbólico. Podemos ver en Apocalipsis 7:14 que Juan se dirige a uno de los ancianos hablándole como a UN individuo y no a un grupo. Si leemos Apocalipsis 5:5 y 7:13 también podremos comprobar allí que los ancianos actúan en forma individual y no conjuntamente como símbolos de una colectividad.

Por estas últimas razones, es más prudente decir que estos 24 ancianos en realidad son lo que la profecía dice que son: 24 ancianos y no un símbolo. La iglesia ya estará en el cielo cuando la profecía llegue a este momento, pero no representada en estos 24 ancianos. Lo más prudente es interpretar este versículo refiriéndose a 24 seres celestiales a los cuales se les llama ancianos por su jerarquía celestial.

Veremos en el versículo 6 que se nos habla de cuatro seres vivientes y allí entenderemos que también estos seres forman parte de la jerarquía celestial. Ya sabemos que existe una jerarquía de ángeles, arcángeles, serafines, querubines. Por tanto nada impide que exista otra categoría y jerarquía de seres celestiales y que estos 24 ancianos al igual que los 4 seres vivientes sean parte de esa categoría de seres.

Se vuelve aún más razonable y prudente sostener que estos 24 ancianos son seres celestiales de jerarquía si tenemos en cuenta que este versículo se encuentra en un contexto de descripción del cuadro de jerarquía celestial.

 

Apocalipsis 4:5 “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”.

Los relámpagos y truenos que Juan vio y escuchó bien pueden estar anunciando el juicio de Dios que está por comenzar y que se concreta en los sellos, trompetas y copas que veremos más adelante. Es el presagio del juicio que viene, que está a punto de comenzar.

En Apocalipsis 4:3 se menciona la cornalina para describir el aspecto de Dios en el trono y vimos que el color de la cornalina habla de juicio. También vimos que el arco iris habla de la misericordia de Dios (recordar pacto de Dios con Noé), la cual estará presente aún mientras se estén ejecutando los juicios.

Dice Hebreos 4:16 hablando del trono “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. El comienzo de los 7 años de tribulación hace que el trono de gracia del cual habla este pasaje de Hebreos vaya tomando aspecto de un trono de juicio.

El significado de las siete lámparas de fuego está dado por la misma profecía. Se nos dice que son los siete espíritus de Dios. Estos siete espíritus son el Espíritu Santo, el cual también se nos presenta conformando este trono de juicio de Dios. Apocalipsis 1:4 habla de estos siete espíritus y aporta más elementos para poder afirmar sin temor a equivocarnos que efectivamente son el Espíritu Santo. Efectivamente, si leen Apocalipsis 1:4-5 verán como allí se nos habla de la trinidad y como el pasaje no deja lugar a dudas de que los siete espíritus son la tercera persona de la trinidad, es decir, el Espíritu Santo.

Comparen la descripción que nos da Apocalipsis 4:5 con la dada en Apocalipsis 22:1 respecto a este mismo trono que es el trono que se nos describe en la eternidad ... “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero”. Podemos ver como después de los juicios y el milenio, el trono de Dios deja su aspecto de juicio y retoma su aspecto de bendición y gracia representados por este río que resplandece como cristal.

 

Apocalipsis 4:6 “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás”.

Apocaipsis 4:7 “El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando”

Apocalipsis 4:8 “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”

Empecemos por el “mar de vidrio semejante al cristal”. Noten que la profecía habla de algo “como” un mar de vidrio. No dice que sea un mar, sino algo que parece un mar. El hecho de que sea de vidrio habla de limpieza, claridad, pureza. Un mar generalmente es oscuro, difícil de penetrar con la vista. Sin embargo este mar es transparente. Esto nos habla de que delante de Dios no hay secretos, nada se le oculta, nada permanece oculto para El. Esto trae a mi mente aquello que Cristo nos dice “Yo conozco tus obras” (en Apo 2:2 y todas las otras cartas a las iglesias). También me recuerda Jeremías 11:2 cuando dice que Dios escudriña el corazón y la mente de los hombres. Nada le es oculto a Dios y el mar de vidrio también nos habla de eso.

Más adelante en la profecía, veremos como este mar de vidrio de Apo 4:6 se mezcla con fuego en cuando estén sobre el los que hayan “alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen” (Apo 15:2).

Sigamos con los cuatro seres vivientes, los cuales veremos que son seres con jerarquía en el cielo. Puede establecerse algún paralelismo entre estos cuatro seres vivientes de Apocalipsis y los seres que se mencionan en Ezequiel 1:4-28 y 10:15,20. Si bien uno puede sentirse tentado a decir que Apocalipsis y Ezequiel hablan de los mismos seres, debemos notar que si bien hay grandes similitudes también hay grandes diferencias. Los cuatro seres de Apocalipsis tienen seis alas, mientras que los de Ezequiel tienen cuatro alas. Los seres de Ezequiel tienen cuatro rostros, en cambio los de Apocalipsis solo tienen uno, y otras diferencias.

Estos seres vivientes están “llenos de ojos delante y detrás”. El hecho de que estén “llenos” nos da una idea de completitud. Y si esto lo combinamos con que están completos de “ojos”, entonces tenemos que son seres que tienen una visión completa, visión que nos habla de conocimiento, capacidad de discernimiento, de que nada se les oculta, de que conocen todo. Apo 4:8 nos agrega que también estaban llenos de ojos por dentro, lo cual reafirma la idea de que todo lo ven, absolutamente todo.

Isaías 6:2 nos habla de los serafines y dice: “Por encima de él (habla del Señor) había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban”. Estos cuatro seres vivientes de Apocalipsis 4 tienen en común con los serafines de Isaías el número de alas, aunque en el caso de los seres de Apocalipsis no se nos dice cual es la función de sus alas.

No son serafines, pero parecen corresponder a una categoría de seres muy alta en la jerarquía de seres celestiales. Salmos 80:1 nos habla de que Dios habita entre querubines, lo cual nos da la idea de que alrededor de su trono efectivamente hay seres que lo rodean, que lo sirven, lo adoran. Estos cuatro seres vivientes parecen formar parte de esa jerarquía de seres celestiales que están al servicio directo de Dios.

Cada uno de los cuatro seres vivientes tienen características particulares que lo diferencian del otro.

El ser viviente semejante a un león. Cuando la Biblia nos habla del león, destaca su fuerza. Proverbios 30:30 dice “El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada”.

El ser viviente semejante semejante a un becerro. Sobre esto no es necesario abundar ya que todos sabemos que el becerro habla de sacrificio, de servicio, de servidumbre, sumisión.

El ser viviente con rostro como de hombre. El hombre fue el ser inteligente creado por Dios para ejercer autoridad sobre la creación (Génesis 1:28-30), por lo que en este tercer ser se destaca la capacidad de ejercer autoridad, la inteligencia.

El ser viviente semejante a un águila volando. Las virtudes que se destacan en un águila son la visión, agilidad, altura. A los efectos de este versículo debemos destacar también de que el águila nos habla de ejecución de juicios. En tal sentido podemos ver Habacuc 1:8 que nos habla que los caldeos cuando fueron utilizados para castigar a Judá volaron como águilas que se apresuran a devorar. Jeremías 4:13 relaciona las águilas con la ejecución de juicios.

Entonces tenemos que cada uno de estos seres presenta una particularidad. Cada uno tiene una característica que lo hace el superior de su clase. Nadie más fuerte que el león, nadie más sacrificado que un becerro, nada más inteligente sobre la tierra entre lo creado por Dios que el hombre y nadie que vuele más alto y con mayor visión que un águila.

Ya hice mención a las alas de estos cuatro seres vivientes y vimos como nos ayudan a diferenciarlos de los seres mencionados por Ezequiel.

La profecía nos dice que estos seres vivientes “no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”. Al mencionar el tema de las alas de estos cuatro seres vivientes veíamos Isaías 6:2. Este mismo pasaje contiene una alabanza similar a esta de Apo 4:8.

La alabanza “santo, santo, santo” está dirigida a la Trinidad, una alabanza al Padre, a Cristo y el Espíritu Santo.

Como podemos ver, la adoración es en todo momento, día y noche, y continúa, ya que no cesan en tal actividad. Que lección podemos aprender de esto. Hoy mismo podríamos empezar a imitar a estos cuatro seres vivientes y alabar en la misma forma. ¿Por qué no empezamos ahora a alabar al que es Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso? ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no tomamos nota de cómo se le adora a Dios en el cielo y lo hacemos aquí desde ya mismo?

La adoración destaca que Dios es Todopoderoso y que El es el que era, el que es, y el que ha de venir, el eterno. Ese es nuestro Dios, el único Dios, el que todo lo puede, el que siempre existió y existirá, el que nunca cambia, el que permanece.

 

Apocalipsis 4:9-11 “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”

Nuevamente la profecía se confirma aquí como una excelente guía para nuestra alabanza a Dios.

Como señalé en el post anterior ¿qué esperar para adorar a Dios? ¿Por qué no lo hacemos desde ahora mismo y en todo momento? ¿Por qué al hacerlo no nos sumamos a la alabanza de los cuatro seres vivientes y de los 24 ancianos y alabamos como ellos?

Hagamos como se hace en el cielo, demos honra, gloria, acción de gracias, postrémonos delante de El, resaltemos su poder, su eternidad, su santidad.

Apocalipsis es una excelente guía para nuestra alabanza, no dejemos pasar las enseñanzas que también nos provee al respecto. Y estos versos, son un claro ejemplo de eso y que deberíamos seguir.

Si comparamos con detención la alabanza de los cuatro seres vivientes (Apo 4:8) con la de estos 24 ancianos notaremos que son diferentes o, mejor dicho, que destacan otros atributos de Dios.

Los cuatro seres vivientes destacan la santidad, el poder y la eternidad de Dios. Los 24 ancianos concentran su alabanza en Dios como creador y destacan el hecho de que Dios haya creado todo como lo que le hace digno de recibir la honra y la alabanza.

Al ver Apocalipsis 4:4 vimos a los 24 ancianos sentados en tronos. Aquí los vemos postrándose delante del trono para alabar a Dios. En Apocalipsis 4:4 vimos a los 24 ancianos con coronas en sus cabezas. Aquí los vemos poniendo esas coronas delante del trono. Todo ello nos da la pauta de la sumisión de estos seres delante de Dios y nos enseña como debemos proceder nosotros ante aquél que es autor de todo lo que existe.

Como señalé antes, la alabanza de los 24 ancianos es una alabanza que obedece a una causa: a que Dios es creador de todo. La alabanza de los 24 ancianos destaca varias cosas:

a) que absolutamente todo es producto de la creación de Dios,

b) que la creación responde a la voluntad o propósito de Dios,

c) nos recuerda que todo vino a existir por la creación, es decir un acto de Dios, no un proceso como sugieren los evolucionistas y

d) que Dios es digno de ser alabado también por ser Creador.

Al concluir el análisis del capítulo 4, aprovecho a decirles algo que ya he advertido. Cada versículo de Apocalipsis, así como todo versículo de la Biblia, debe ser entendido en su contexto. Cuando hablo de contexto, no hablo solamente del capítulo en el cual está el versículo sino también de todo el libro que estemos estudiando y aún más ... en el contexto de toda la Biblia.

 

Apocalipsis 5:1 “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”.

El “Y” con el cual comienza este capítulo conecta la revelación aquí contenida con la del capítulo 4. Habíamos visto que el capítulo 4 comenzaba con un “después de esto miré”, lo cual nos daba la idea de continuidad con los capítulos 2 y 3. Aquí, pues, vemos que ese “Y” nos da la idea de continuidad entre los capítulos 4 y 5. Los eventos que aquí se nos revelan son una continuación de lo que venimos de ver.

Como ven, Apocalipsis se sigue mostrando precisamente como una “revelación”, está lejos de ser un libro oscuro o confuso. El propio libro nos permite entender que lo que viene a continuación seguirá a lo que se nos reveló en el capítulo anterior.

El capítulo 4 centró la revelación en el trono, mientras que el capítulo 4 centra la revelación en el Cordero y en el rollo sellado con siete sellos que tiene Dios en su mano derecha. El Cordero se nos mostrará como el único digno de abrir el libro sellado.

El libro sellado nos trae a la memoria el pasaje de Isaías que dice:
“Y os será toda visión como palabra de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer y le dijeren: Lee ahora esto; el dirá: No puedo porque está sellado” (Isaías 29:11). Traigo este pasaje aquí simplemente para que tengamos presente de que el hecho de que el libro esté sellado significa que su contenido está oculto. Será la apertura progresiva de los sellos por Cristo en los capítulos que siguen la que nos dará a conocer su contenido.

El hecho de que el libro esté escrito
“por dentro y por fuera” da la pauta de completitud del libro. Lo que contiene el libro es todo lo que debe contener, nada le falta ni nada le sobra. Y precisamente, como veremos más adelante, lo que contiene este libro son los siete sellos de los juicios de Dios. Contiene los juicios que tendrán lugar durante la tribulación, el juicio de Dios sobre los hombres injustos. Veremos que los juicios contenidos en los sellos darán paso a los juicios de las trompetas y estos a los de las copas.

Son diversas las interpretaciones que se han dado en cuanto a la identificación de este libro sellado.

Hay quienes, por ejemplo, señalan que este libro es el que contiene el nuevo pacto de Dios con los hombres, dado a través de Jesucristo. Quienes sostienen esto pasan por alto que este libro de Apocalipsis 5 está sellado y que sus sellos todavía no se han abierto. El nuevo pacto, en cambio, está abierto a todo aquel que invite a Jesús a su corazón (Apocalipsis 3:20). Por tanto, no podría identificarse este libro con el nuevo pacto.

Por otro lado, están quienes enseñan que este libro vendría a ser el título de propiedad que da derecho a Cristo sobre la tierra y el universo como Rey de Reyes. Se basan para ellos en el hecho de que solo Cristo es digno de abrir ese libro tal como lo dice Apocalipsis 5:5. Pero estos hermanos no toman en cuenta los efectos que produce la apertura del sello. Es cierto que dentro de los efectos que trae la apertura de este sello está el de que los reinos vendrán a ser de Cristo según Apocalipsis 11:15. Pero para identificar este libro debemos tener en cuenta sus efectos inmediatos y, como veremos, estos efectos inmediatos son juicios.

Otros estudiosos dicen que este libro es una especie de testamento dejado por Dios para nosotros sus hijos. Es cierto que como hijos de Dios somos herederos de El y coherederos con Cristo tal como lo dice Romanos 8:17. Pero cuando los sellos se abran veremos que este libro no trata precisamente de lo que estos estudiosos dicen.

En fin, son varias las interpretaciones que se han dado tendientes a identificar este libro. Debemos entender que para identificar este libro debemos recurrir a los efectos que la apertura de los sellos produce. Solo viendo esto podremos identificar al libro. Veremos que Juan se entristeció mucho hasta que se le reveló que Cristo podía tomar el libro y abrir sus sellos (Apocalipsis 5:4). Eso nos da la pauta de que su contenido era algo oculto para Juan y en ese contexto no se puede decir que el libro fuera la Biblia, como dicen algunos, o el pacto nuevo, o un testamento.

Veremos que es la apertura de los sellos la que produce juicio y prueba sobre la tierra, y que con su apertura comienza la hora de la prueba de la que habla Apocalipsis 3:10 y comienzan a sucederse toda la cadena de eventos que culminarán con el glorioso retorno de Cristo para iniciar su reino milenial y la eternidad, según Apocalipsis 19 y 20. Cuando se abra el primer sello veremos que este primer sello no revela el contenido total del libro, sino que lo que hace es comenzar a ejecutar los juicios en el libro contenidos. Estos juicios se ejecutarán progresivamente, en el orden indicado por la profecía: sellos, trompetas y copas.

El propio Apocalipsis nos revela entonces que es este libro: son los juicios de Dios, los cuales estuvieron ocultos hasta su revelación a Juan, y estarán detenidos hasta tanto Cristo abra el libro. Veremos de que Cristo es el único digno de tomar el libro y desatar sus sellos, lo cual nos da la pauta de que es la obra de Cristo en la cruz lo que le da derechos a ejecutar tales juicios. El se ofreció por todos como expiación por los pecados (Jn 3:16), con lo cual solo El tiene derecho a juzgar y es solo a través de El que somos salvos. Cristo es el único con derechos porque El hizo toda la obra y su obra fue suficiente para redimirnos y juzgar a quienes no le aceptan.

La apertura de este libro determinará que comiencen a correr los últimos 7 años de reino humano sobre la tierra. Su apertura determinará la inauguración y cumplimiento de la semana setenta de la que habla Daniel 9:27. Esta semana son los últimos 7 años de los 490 años profetizados sobre Israel y Jerusalén según Daniel 9:24.

Hechos 1:6 dice
“Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Y precisamente la sucesión de juicios que comenzará con la apertura de este libro sellado concluirá con la gloriosa venida de Cristo según Apocalipsis 19, el cual vendrá con su iglesia que habrá sido arrebatada antes de la apertura del libro.

Digo que este libro sellado contiene toda la cadena de juicios porque, si bien el libro solo contiene siete sellos, es el último sello el que da lugar a los juicios de las siete trompetas (Apocalipsis 8) y es la última trompeta la que da lugar a las siete copas (Apocalipsis 10:7, 11:15 y 15:1) Esto significa que la apertura del libro, del primer sello, es lo que desencadena la totalidad de los juicios.

De esta forma vemos una maravillosa conexión entre los capítulos 4 y 5. El capítulo 4 nos presentó el trono de juicio (trono de Dios) y el capítulo 5 nos muestra a quien es digno de ejecutar esos juicios (Cristo) y cual será la acción que dará lugar al inicio (la rotura de los sellos del libro sellado). El capítulo 6 nos mostrará esos juicios en ejecución con la apertura del primer sello.

Los juicios irán ejecutándose y el contenido del libro revelándose, a medida que los sellos vayan abriéndose. El hecho de que el libro esté sellado con siete sellos nos da la pauta de que dichos juicios todavía no han comenzado y que su ejecución es potestad exclusiva de Dios.

Muchos difunden malas doctrinas (amilenaristas, postmilenaristas) diciendo que hoy día vivimos ya Apocalipsis, que tal o cual guerra es ejecución de tal o cual sello, que tal o cual terremoto es el profetizado en Apocalipsis, etc. Pero pasan por alto que el inicio de los juicios apocalípticos supone:

A) el previo arrebatamiento de la iglesia,

B) la rotura del primer sello,

C) la manifestación del anticristo,

D) la sucesión de los juicios en el orden cronológico estrictamente marcado por Apocalipsis y

E) que una vez que comiencen a sucederse los juicios apocalípticos, estos ocurrirán rápidamente y en un periodo de 7 años.


 

Apocalipsis 5:2 “Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”

Vemos aquí un ángel que aparece en la escena celestial que le fue revelada a Juan. Este no es un ángel común y corriente sino que se caracteriza por ser “fuerte”. Esta característica del ángel no habilita en absoluto a identificarlo con Nuestro Señor ya que –como veremos mas adelante- El aparece en el versículo 6 identificado como el Cordero.

No tenemos, entonces, mayores datos identificatorios de este ángel y lo único que se nos revela es que es “fuerte” y su actividad consistía en pregonar con grandes voces preguntando quien era digno de abrir el libro que venimos de considerar en Apocalipsis 5:1.

Aparentemente la actividad del ángel se prolongó por un tiempo, no limitándose a hacer la pregunta una sola vez. El hecho de que se nos diga que “pregonaba” nos da la pauta de que su actividad fue continua por un tiempo.

La pregunta del ángel es formulada entonces bajo una triple característica:


(a) es hecha a gran voz

(b) es hecha varias veces

(c) es escuchada por todos lados.


El hecho de que la pregunta hecha por el ángel cumpla simultáneamente con estas tres características es importantísimo. De esta forma tenemos plena seguridad de:

1) que la pregunta se escuchó en todos lados,

2) que nadie dejó de escucharla y

3) que quien se presente como digno de abrir el libro y desatar sus sellos será realmente considerado el único en todo el cielo y en toda la tierra.

Veremos más adelante en el verso 4 de que manera Juan se entristece sobremanera –antes de que Cristo aparezca como el único digno-. La tristeza de Juan se explicará precisamente porque habiéndose hecho la pregunta a gran voz, varias veces y en todos lados, nadie aparece o responde como digno.

Habiendo sido el llamado tan difundido, Juan aparentemente no guardaba esperanza que alguien apareciera. Gracias a Dios que Cristo es digno, como veremos en el verso 5.

Al ver el versículo 1 de este capítulo analizamos que la apertura de este libro y sus sellos supone el desencadenamiento de una serie de juicios divinos sobre la tierra sin igual en toda la historia
(Mateo 24:21).

Los sellos darán lugar a las trompetas y estas a las copas y así se consumará el día de la ira de Dios. La pregunta hecha a gran voz por el ángel deja de manifiesto que solo alguien altamente calificado y reconocido por Dios puede poner en marcha esa cadena de juicios sin igual tomando el libro y abriendo sus sellos. Solo Cristo es digno de juzgar ... vean Juan 5:22-23 cuando dice “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo para que todos honren al Hijo como honran al Padre”

Apocalipsis 5:3 “Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aún mirarlo”.

Esto viene a confirmar lo que decía al comentar 5:2. Efectivamente la pregunta del angel fue hecha y se escuchó en todo lugar, en el cielo, en la tierra y hasta debajo de la tierra. Nadie quedó sin escuchar el llamado y no hubo lugar adonde la pregunta no se escuchara. Y sin embargo, no hubo nadie digno. Como veremos más adelante en el verso 5 solo Cristo es digno por su obra redentora en la cruz y fuera de El nadie es digno.

El hecho de que se nos mencione el cielo, la tierra y debajo de la tierra nos da la pauta de que nadie fue hallado en todo lo creado. No quedó lugar de la creación donde no se hubiere buscado alguien digno. Eso hace incomparable a la persona de Cristo, pues cuando El aparezca en el verso 7 como el único digno, pues entonces tendremos confirmación de que efectivamente el es el ÚNICO digno en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra y que NINGUNO es como EL.

Nadie en el cielo es digno. Lo cual significa que ningún ser celestial está a la altura de Cristo ni tiene los méritos de Cristo. Nadie en la tierra es digno. Lo cual significa que ningún humano está a la altura de Cristo ni tiene la dignidad de Cristo ni los méritos de Cristo. Tampoco hay ningún digno debajo de la tierra. Solo Cristo, como veremos después y como nos lo enseña
Mateo 28:18 .... “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.

Apocalipsis 5:4 “Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo ni de mirarlo”.

Notamos aquí que nadie fue digno ni siquiera de mirar el libro. Originalmente la pregunta del angel fue quien era digno de abrir el libro y desatar sus sellos. Pero no solamente no se encontró a alguien digno de abrirlo y desatar sus sellos, sino que no se encontró a nadie digno ni siquiera de mirarlo. Esto porque el libro contiene juicio, el mayor juicio de toda la historia, y el juicio es de Cristo según vimos en Juan 5:22-23 porque su obra en la cruz le dio ese derecho.

El llanto de Juan se explica por dos razones:

1) llora porque hasta ahora no se halló a nadie digno de abrir el libro siendo que la pregunta del angel recorrió cielo y tierra, y

2) llora porque al no haberse encontrado a nadie seguramente creyó que la revelación concluiría allí dado que los sellos no se abrirían y de esa forma el juicio que veía que se preparaba (recordemos que el trono fue presentado como de juicio) no se iba a ejecutar.

Veremos que la profecía nos confirmará a Cristo como digno de abrir el libro y desatar sus sellos, el único digno. La gloria y honra sean a El. Alabemos junto con los 4 seres vivientes
“Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (Apo 4:8) y junto con los 24 ancianos “Señor digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. Apocalipsis 4:11

 

Apocalipsis 5:5 que dice "Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos".

En el último post habíamos visto que Juan había llorado en el verso 4 por cuanto nadie había respondido al llamado del ángel fuerte, "no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo ni de mirarlo”. Esto provocó gran tristeza en Juan porque en caso de no encontrarse a nadie entonces el libro no podía ser abierto y los juicios no podían ser ejecutados.

Quien llama la atención de Juan en este versículo es uno de los 24 ancianos que vimos en Apocalipsis 4.

El hecho de que sea un anciano el que llame la atención a Juan constituye una prueba a favor de que estos 24 ancianos no son la iglesia. Este es un tema que ya hemos debatido con hermanos muy sabios en este epígrafe, por lo que seré breve ahora.

Simplemente quiero señalar que si estos 24 ancianos fueran una representación de la iglesia, entonces no podría aparecer uno de los ancianos asumiendo individualidad y hablando con Juan.

Si los ancianos son un símbolo, entonces no podría darse esto de que uno de ellos se dirigiera a Juan. Esto viene a confirmar que estos 24 ancianos son efectivamente 24 ancianos, seres celestiales de determinado rango celestial. Uno de estos 24 es el que se dirige a Juan para calmar su tristeza y aclararle que SI había alguien digno de tomar el libro, abrirlo y desatar sus sellos.

El León de la tribu de Judá no es otro que Cristo, quien venció en la cruz y en la resurrección. Cristo es el cumplimiento de la profecía mencionada en Génesis 49:9 cuando dice:
 

"Cachorro de león, Judá;
De la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león,
Así como león viejo: ¿quién lo despertará?
No será quitado el cetro de Judá,
Ni el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Siloh;
Y a él se congregarán los pueblos."


La raíz de David es otro de los nombres que recibe nuestro Señor y que nos recuerda su ascendencia real con su consecuente derecho al trono. El propio Apocalipsis da fe de esto cuando en 22:16 dice:

"Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana."

La ascendencia real de Cristo, su derecho al trono como descendiente de David, está a la vista en Mateo 1 y es en Isaias 11 donde consta la profecía:

"Saldrá una vara del tronco de Isaías, y un vástago retoñará de sus raíces.

Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4 no que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura"


Dios prometió a David en 2 Samuel 7:16-17 que su trono nunca estaría falto de rey y Cristo precisamente es la raíz de David ... "Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David."

La dignidad de Cristo, provista por su obra en la cruz, su muerte y su resurrección, es la que le da derecho a abrir el libro y desencadenar así la serie de juicios que culminarán con la instauración del reino sin límite de Cristo, primero en el milenio y luego en la eternidad.

El llamado hecho por el ángel en todos lados a gran voz y el hecho de que nadie haya respondido ni nadie hubiera sido hallado digno de ejecutar los juicios, nos confirma una vez más que solo Cristo es digno de hacerlo. Es El quien tienen plenos derechos tal como lo dice Mateo 28:18 .... “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”

 

Retomo el resumido estudio de Apocalipsis versículo por versículo, luego de algunos inconvenientes de falta de tiempo para hacer los comentarios.

Apocalipsis 5:6 “Y miré, y ví que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”.

La profecía describe lo que sigue al consuelo que el anciano dio a Juan. Juan había llorado porque a nadie se había encontrado digno de mirar el libro y muchos menos tomarlo y abrir los sellos de los juicios. El anciano le había dicho a Juan que no llorara porque el León de Judá es digno de hacerlo.

La profecía nos dice que una vez que el anciano hubo dicho esto, Juan miró y he aquí que vio un Cordero. Noten que el anciano venía de decirle a Juan que el León es digno y he aquí que Juan mira y ve un Cordero. Quizás Juan se haya sorprendido porque seguramente luego de lo que le dijo el anciano, Juan esperaba ver algo dotado de mucho poder, fuerza y hasta majestuosidad. Pero sin embargo, ve un Cordero.

Esto nos trae una importante lección. Pues la majestuosidad, la dignidad, el poder, la fuerza, no se encuentran en lo externo, como lo sería un León que era lo que Juan quizás esperaba ver. Toda esa fuerza, dignidad, majestuosidad, se encuentran en un Cordero, es decir en algo que es HUMILDE. Por eso digo que el pasaje nos acerca una importantísima lección sobre la humildad. El que ha vencido es Cristo como Cordero.

Esto me trae a la memoria el pasaje de Juan 1:29 donde dice “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

También me recuerda a 1 Pedro 1:18-19 donde dice “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

He allí la victoria del Cordero que hace digno a Cristo de mirar, tomar y abrir el libro y los sellos. La victoria consiste en que su obra fue perfecta, venciendo al pecado, quitándolo de nuestros corazones, rescatándonos para Dios, y todo ello en un ministerio sin mancha y sin ninguna contaminación.

Decía entonces que la apariencia de Cristo como cordero nos revela humildad, mansedumbre, servicio, incondicionalidad para la obra que Dios le encomendó. Y tales características en nada impiden que también sea llamado León de Judá. Cristo es perfecto y reune a la perfección las características de ambas figuras, Cordero y León.

La profecía nos señala que el Cordero está en medio de toda la escena que venimos de contemplar. Está en medio del trono, de los ancianos, de los cuatro seres vivientes. Ocupa el lugar central, tal como es digno de Cristo, quien según Apocalipsis 1:8 es el “Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir; el TODOPODEROSO”.

Vemos entonces al Todopoderoso que aparece ahora como Cordero y esto tiene su explicación en 1 Corintios 1:25 cuando allí dice “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”.

Así que vayamos aprendiendo como son las cosas para Dios y que Dios se maneja con parámetros que hoy podemos no comprender totalmete porque nuestra mente es finita. El Cordero, si bien es humilde, también es Todopoderoso.

Y eso quizás no entra en nuestras cabezas o no llegamos a comprenderlo totalmente, porque como dice en Isaías 55:8 “Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

Vemaos algo más sobre el Cordero. La figura del Cordero se opone fuertemente a la de bestia, que es la que aparece y veremos más adelante en Apocalipsis 13. La bestia es representación de lo satánico, mientras que el Cordero es representación de lo divino con todos los atributos que ya vimos. Conviene desde ya dejar sentada esta oposición de imágenes que la profecía de Apocalipsis contiene.

El hecho de que la profecía diga que el Cordero es visto por Juan “como inmolado” tiene directa relación con el sacrificio de Cristo en la cruz. Como decía hoy, fue ese sacrificio, esa obra redentora, la que marcó la victoria de Cristo sobre el pecado, la que le da derecho a juzgar el mundo, la que le da toda potestad sobre cielo y tierra, la que le da derecho a mirar, tomar y abrir el libro y sus sellos. Es el Cordero inmolado lo que hace posible la reconciliación del hombre con Dios. Dice sobre esto Efesios 2:13 y 16 que Cristo nos ha hecho cercanos a Dios mediante el derramamiento de su sangre y que mediante la cruz nos reconcilió con Dios. Y Colosenses 1:20 nos ilustra aún más esto al decir respecto a Cristo que “ agradó al Padre que en él habitase toda la plenitud y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”. He allí entonces la trascendencia de que el Cordero aparezca ante Juan como inmolado. Gracias a Dios que Cristo, el Cordero, venció y fue inmolado. Porque en caso contrario, no tendríamos salvación.

La enorme profecía de Isaías 53 habla por sí sola respecto a Cristo como Cordero inmolado por Dios para remisión de nuestros pecados y nuestra reconciliación con el Padre:

"Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores."


Pero Cristo no solamente fue inmolado, sino que -como dice la parte final de la profecía citada de Isaías- también venció en la resurrección.

No solamente fue sacrificado por nuestros pecados y murió por nosotros, sino que resucitó ¡! Y es de ello que nos habla la profecía cuando nos dice “estaba en pie un Cordero como inmolado”. El hecho de que el Cordero como inmolado esté EN PIE nos habla de que Cristo vive, que está victorioso, que la muerte no pudo con El.

Al señalarnos la profecía a Cristo como inmolado y al mismo tiempo a Cristo de pie, nos está hablando directamente de Cristo como el Mesías profetizado en todo el antiguo testamento: el Sacrificio de Dios por nuestros pecados, el cumplimiento de la profecía, el cumplimiento de lo que quienes vivieron bajo la ley veían como un símbolo de lo que vendría cuando realizaban los sacrificios.

Cristo fue el sacrificio anunciado durante todo el antiguo testamento (Cordero) y además es la victoria sobre la muerte (está DE PIE), es decir que es EL MESÍAS.

Agrega el versículo que el Cordero “tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”.

Los siete cuernos son una alusión directa al poder del Cordero el cual, si bien aparece como inmolado y cumpliendo las descripciones de Isaías 53, es también el TODOPODEROSO. El cuerno por sí solo es símbolo de poder, y el hecho de que sean siete, habla de esa plenitud, de lo todopoderoso que es propio y exclusivo de Cristo según Apocalipsis 1:8.

Los siete cuernos nos hablan entonces de la omnipotencia de Cristo. Pero Cristo no solamente es omnipotente, sino que también es omnisciente, es decir que tiene la plenitud del conocimiento y la sabiduría. De eso es de los que nos hablan los siete ojos que describe la profecía. El hecho de que se nos diga que estos siete ojos son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra también nos habla del absoluto control que Cristo tiene sobre todo lo que sucede y del cual la Biblia da abundante testimonio.

Los siete espíritus de Dios nos hablan asimismo del Espíritu Santo, el cual ejerce una incesante actividad en todo el mundo. En este momento al cual la profecía está haciendo referencia y que es la tribulación, el Espíritu Santo también tendrá una fortísima actividad en la tierra. Si bien durante la tribulación la iglesia no estará sobre la tierra, el Espíritu Santo –es decir estos siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra- igualmente ejercerá su ministerio.

En la tribulación, si bien el Espíritu Santo habrá permitido la manifestación del anticristo, tal cual lo dice 1 TES 2:7, desarrollará su ministerio protegiendo a los 144.000 sellados de Apo 7 y a todos los salvos post rapto como consecuencia de la prédica de estos sellados, los dos testigos y el Angel que predica según Apocalipsis 14.

Entonces, este pasaje también nos deja una lección sobre la omnisciencia de Cristo, la cual se traduce no únicamente en que El conoce nuestras obras (Apocalipsis 2:2,9,19), sino que en que sabe y conoce y está bajo el control absoluto de todo, inclusive de los juicios que pronto veremos que se desatarán y que darán lugar a la tribulación de la cual seremos liberados si estamos preparados en Cristo (Apo.3:10)

 

Apocalipsis 5:7 “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el Trono”.

La brevedad de este versículo me hizo pensar si no era mejor comentarlo junto con los versículos que siguen.

Pero, luego de meditar en el pasaje, advertí que el versículo aunque es pequeño por sí solo contiene un mensaje impresionante y que es digno de ser analizado en forma particular, aunque sea brevemente.

Esto es lo que tiene de maravillosa la Escritura, y especialmente Apocalipsis que es el libro que nos ocupa.

Cada versículo es un manantial de vida, alimento espiritual de la mejor calidad, que llena nuestras vidas.

Un versículo, por breve que sea, tiene una finalidad para estar allí y no la brevedad no es un obstáculo para que el versículo esté cargado de bendición.

El versículo es descriptivo y breve, pero no por ello está desprovisto de un mensaje realmente hermoso.

Jesús, el Cordero, el único Digno, entra en acción en esta escena celestial que se nos está revelando. Jesús no solamente es el Cordero y el León, sino que Jesús actúa, Jesús toma la iniciativa, se acerca al Trono de Dios, es el único digno de mirar el libro y revestido de esa dignidad va hacia el Trono y TOMA el libro directamente de la mano derecha de Dios.

Quiero que por un instante imaginan esa gloriosa escena, tan solemne que es imposible que quepa en nuestra mente una imagen tan gloriosa. Nadia había sido encontrado digno ni siquiera de mirar el libro y he aquí que CRISTO JESÚS es digno y como digno que es va a actuar.

Decididamente se dirige al Trono y TOMA el libro. Confirma con esto la dignidad de la que esta revestido, dignidad que se la dio el haber vencido en la Cruz.

Ese es nuestro Mesías, el Cristo en el cual creemos, el Hijo de Dios, el único Digno, el que vendrá a juzgar al mundo, el que tomará el libro y por su dignidad hará que se ejecuten los juicios preparados por Dios para probar a los que moran la tierra y desatar la ira de Dios (Apocalipsis 3:10 y Romanos 5:9).

¿No es acaso esta parte del pasaje que dice que Cristo “vino y tomó el libro” una de las escenas celestiales de mayor magnitud y solemnidad que hemos presenciado hasta ahora en la revelación del Apocalipsis.

El único Digno confirma su dignidad, toma la acción y decididamente decide comenzar el juicio, cosa que es permitida por la victoria que obtuvo sobre el pecado en la cruz y sobre la muerte en la resurrección.

Nuestro Cristo es digno y procede como tal. El está al control de todo y es él que decidirá cuando comenzarán los juicios y es por venir y tomar el libro que los juicios serán comenzados.

Solo mediten un momento en esta escena. Recuerden la importancia del libro y sus sellos. Ese libro contiene los juicios que serán desatados sobre el mundo instrumentándose así a través de ellos la ira de Dios de la cual será salva la iglesia, pero la cual habrá de sufrir el mundo por su pecado. Y Cristo, el digno, el Todopoderoso, toma el lugar que le corresponde, se acerca al Trono de Dios, y tiene allí comienzo de ejecución la tribulación, la cual culminará como lo dice el propio Apocalipsis 11:15 con la declaración maravillosa de que “LOS REINOS DEL MUNDO HAN VENIDO A SER DE NUESTRO SEÑOR Y DE SU CRISTO; Y EL REINARÁ POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”.

Esa es la finalidad del Apocalipsis, de los juicios y eventos contenidos en esta maravillosa profecía. El centro de Apocalipsis es Jesucristo y el cumplimiento de Apocalipsis concluye en Cristo y su Iglesia reinando. Gloria a Dios. La profecía es un regalo maravilloso y cada versículo, por más breve que sea, es fuente de agua viva, alimento impresionante para el alma. Como dice Apocalipsis 19:10 “EL TESTIMONIO DE JESÚS ES EL ESPÍRITU DE LA PROFECÍA”. Por eso amo la profecía. ¿Uds.?

Cristo viene y te hace una invitación HOY a vos en el propio Apocalipsis “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y el conmigo” Apocalipsis 3:20.

No te demores, el próximo minuto quizás sea demasiado tarde. Abre la puerta. Cristo no la tirará abajo, sino que simplemente se limita a golpear. En vos está la decisión de si abrir o no. Cristo está ahí, amándote y esperando que abras.

Si le abres, hará todo nuevo. Si no le abres, te habrás perdido la oportunidad de salvarte y VIVIR para siempre en la presencia de Dios. El Pastor de mi iglesia un día dijo, hablando de este pasaje, que esa puerta de la que habla Apocalipsis 3:20 es una puerta que solo tiene un picaporte y ese picaporte está del lado de adentro, de tu lado. De tu lado está entonces la decisión de abrir o no. De tu lado está entonces la decisión de ser feliz para siempre o estar para siempre alejado de Dios.

El hecho de que Cristo venga y tome el libro en ese acto tan solemne y glorioso me trae a la memoria el Salmo 46:10 cuando dice "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra"

Estemos quietos, velemos, perseveremos, observemos, aprendamos, Cristo hará, Cristo nos vendrá a buscar, Cristo tomará el libro, desatará los sellos y consumará el misterio de Dios. Cristo y solo Cristo.

 

Apocalipsis 5:8 "Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos"

Este es un momento sublime. Cristo, el único digno, ejerció su derecho y TOMÓ el libro que nadie ni siquiera podía mirar y mucho menos tomar y abrir. Y es un momento sublime porque allí se le reconoce a Cristo honra, gloria, adoración por parte de toda la jerarquía celestial. Tanto los cuatro seres vivientes, como los 24 ancianos se postran ante Cristo para adorarle, reconociendo así su poderío, su derecho y hasta elevando una acción de agradecimiento por haber tomado el libro.

Tanto los 24 ancianos como los 4 seres vivientes habíamos visto que adoran al que está sentado en el Trono, a Dios. Apocalipsis 4:9-11 dice al respecto "Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creados".

Los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos reconocen y ofrecen igual adoración y alabanza a Cristo, confirmando así su divinidad. Por esto digo que este momento que nos revela la profecía como un momento sublime, porque nos confirma que Cristo es Dios, que Cristo es el Hijo de Dios, que Cristo es divino.

Hechos 8:35-37 nos relata el bautismo del etiope y siempre recuerdo la confesión que éste hizo antes de bautizarse "Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios."

Esta es una declaración sublime, la declaración que debe presidir nuestra mente y corazón en todo momento y precisamente Apocalipsis 5:8 nos habla de ello. El hecho de que toda la jerarquía celestial se postre ante Cristo nos habla precisamente de esto, de que Cristo es el Hijo de Dios. Y como Hijo de Dios y Redentor y único digno, también es el Rey de Reyes y Señor de Señores como lo dice Apocalipsis 19.

Y la confirmación y reconocimiento de la divinidad de Cristo por parte de los 24 ancianos y los 4 seres vivientes va acompañada de alabanza. Las arpas son un símbolo de eso. 2 Samuel 6:5 dice "Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos." Salmos 33:2 dice "Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacordio." Salmos 71:22 dice "Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel."

Y estos 24 ancianos tienen en sus manos copas de oro llenas de incienso. Tal como dice Salmos 141:2 las oraciones de los santos suben como incienso delante de Dios "Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde."

Mas adelante veremos como estas oraciones siguen teniendo protagonismo en el transcurso de la tribulación. Apocalipsis 8:3 dice "Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono".

Y Apocalipsis 8:4 dice " Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos."

Recuerden lo que dice Lucas 18:7 sobre nuestras oraciones y verán la conexión maravillosa que existe entre ellas y los juicios apocalípticos que están a punto de comenzar a ejecutarse apenas Cristo abra los sellos del libro. Dice Lucas "¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?".

Y también recuerden el Sermón del Monte en la parte que Cristo dice "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" Mateo 5:6

Entonces, estas oraciones nuestras tienen una íntima conexión con los juicios apocalípticos, están presentes en todo momento, ya sea cuando Cristo toma el libro y los 4 seres vivientes y 24 ancianos como así también durante la ejecución de los juicios.

1 Timoteo 2:1-6 nos dice "Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo."

Aprendamos también de este versículo entonces que nuestras oraciones son escuchadas y que además son respondidas, y son también cumplidas en los juicios de Dios. De nuevo me veo aquí en la necesidad de recordarles a Lucas y Mateo "¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?" (..) "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados".

Apocalipsis 5:8 entonces nos habla de la divinidad de Cristo, de su reconocimiento por toda autoridad celestial, de la sumisión de toda autoridad ante El, del importante protagonismo de nuestras oraciones, hoy y durante la ejecución de los juicios de Dios, de que las mismas son respondidas, y están siempre presentes subiendo como incienso ante Dios. Cristo es Dios, Cristo hará juicio, Cristo saciará la sed de justicia, Cristo tiene presente muy presente nuestras oraciones. Como ven Apocalipsis 5:8, aunque es un solo versículo, nos revela muchísimo y constituye por sí solo un motivo más -entre los infinitos que tenemos- para decirle a Dios GRACIAS !!!

Apocalipsis 5:9 “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”

No hay duda que los 24 ancianos son quienes toman parte en este cántico nuevo. Quizás pueda quedar alguna duda respecto a si los 4 seres vivientes que también se mencionan en el versículo anterior formaban parte o no de este coro, pero de lo que no cabe duda es que era entonado por los 24 ancianos.

El pasaje tiene una íntima conexión con la profecía de Isaías 42:9-10 no solamente porque en ambos pasajes hay referencia a un cántico nuevo, sino principalmente porque suponen un nuevo estado de las cosas.

Es cierto que podemos relacionar este cántico nuevo de Apocalipsis 5:9 con pasajes como Salmos 149:1 donde dice “Cantad a Jehová cántico nuevo” o Salmos 40:3 que dice “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios”.

Pero no creo que esta sea la relación que haga honor al pasaje que estamos considerando, pues Apocalipsis 5:9 –como ya he señalado- más bien tiene como supuesto un nuevo estado de cosas. Cuando consideremos el versículo 6 entenderemos mejor esto que ahora estoy esbozando ya que allí veremos que se nos habla de la Iglesia ejerciendo funciones reales y sacerdotales, lo cual deberá interpretarse literalmente y supondrá un nuevo estado de cosas, un nuevo orden, el del reino físico de Cristo.

Dice Isaías 42:9-10 -que es el pasaje cuya conexión con el versículo que estamos considerando me parece más apropiada- ....

“He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes de que salgan a la luz yo las haré notorias. Cantad de Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas”.

Lo nuevo del cántico está dado no solamente por su correspondencia a un nuevo estado de cosas, sino porque responde a un hecho que ya hemos considerado y cuya importancia hemos intentado establecer: el que Cristo haya aparecido como digno de tomar el libro y efectivamente lo haya tomado y esté dispuesto a desatar sus sellos, introduciéndonos así en los juicios de Dios, en la hora de la prueban que vendrá sobre este mundo según Apocalipsis 3:10. Noten que la primera parte de la alabanza es “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos”

El cántico nuevo es entonado con gozo, pues sabido es que la apertura de los sellos del libro desencadena la serie de juicios cuyo fin será el establecimiento del reino de Cristo sobre la tierra tal como lo podemos ver más adelante en Apocalipsis 19 y 20.

Por tanto, imaginemos por un instante la fuerza de ese cántico y el gozo de quienes lo están entonando al saber que las cosas nuevas pronto serán hechas tal como se nos en Apocalipsis 21:5 “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”.

El Señor es digno de abrir el libro y abrir sus sellos y –como ya vimos al avanzar en este estudio- también es digno de recibir la gloria y la honra y el poder; porque El creó todas las cosas y por su voluntad existen y fueron creadas (Apocalipsis 4:11). Son estas muy buenas razones para tener en cuenta en nuestras alabanzas al darle honra el Señor.

El cántico nos da las razones de la dignidad que se le reconoce al Señor en ese momento para tomar el libro y abrirlo: su obra expiatoria en la cruz del calvario para la salvación de nuestras almas y el completo pago de nuestras deudas con Dios como consecuencia de nuestros pecados.

Es bueno recordar aquí lo que dice Isaías 53:7 (la más detallada profecía mesiánica de todo el AT): “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. Fue esa obra, la que venimos de ver profetizada en Isaías y cumplida en los evangelios, la que le da la dignidad al Señor para tomar el libro y abrir sus sellos, y ahora le hace destinatario de este nuevo cántico que estamos considerando.

Este versículo tiene una sección que es bastante sensible, más que nada por las implicancias que supone en cuanto a la identidad de los 24 ancianos.

Dice la sección del versículo en cuestión “con tu sangre nos has redimido para Dios”. La RV 1960 traduce allí “NOS” has redimido lo cual es un argumento para sostener que los 24 ancianos son la iglesia, pues la redimida por la sangre de Cristo es la iglesia.

Sin embargo, serios estudiosos del Apocalipsis que manejan los manuscritos griegos originales, afirman que en realidad la correcta traducción debió haber sido “y con tu sangre HAS redimido para Dios”, con lo cual el cántico no trata de enfatizar la redención de quienes lo están entonando sino de destacar la salvación que Dios ha puesto a disposición a través de Cristo en forma general y sin relación a persona o grupo de personas en particular.

De ser esto correcto, y ser una traducción más fiel “HAS redimido” que “NOS has redimido”, entonces tendríamos un argumento adicional a favor de lo que he estado sosteniendo en este epígrafe respecto a que estos 24 ancianos no son la iglesia, si bien la iglesia ya está en el cielo cuando esto ocurre.

De todas formas, considero que este tema de los 24 ancianos y su probable representación de la iglesia ya ha sido considerado suficientemente. Simplemente quería dejar asentado esa cuestión de traducción que vengo de señalar y que como verán algunas otras versiones han corregido ....

Veamos otras versiones

Nueva Versión Internacional (NVI)...

Y entonaban este nuevo cántico: "Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.

Dios Habla Hoy ...

"Tú eres digno de tomar el rolloy de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado; y derramando tu sangre redimiste para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación"

La Biblia de las Américas (LBLA)

Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.

La redención a la que refiere el pasaje y la cual supone la obra de Cristo es una “compra” a cambio de un precio. El objeto de la compra es nuestra alma, el precio es la sangre de Cristo y quien compra es Dios. De allí que el pasaje diga “nos has redimido” o “has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”. Dice 1 Corintios 7:23 “Por precio (LA SANGRE DE CRISTO) fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres” y dice 1 Corintios 6:20 “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Nuestra pertenencia a Dios es absoluta, pues El nos compró. Y los comprados por la sangre de Cristo somos de todas las nacionalidades, lo cual nos habla de la universalidad de la obra redentora de Cristo.

 

Apocalipsis 5:10 “y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra”.

Este pasaje parece encontrar su paralelo en Apocalipsis 1:6 que dice: “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre, a El sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

Digo que "parece" encontrar su paralelo porque en realidad si recurrimos a otras traducciones diferentes de la RV 1960 encontraremos una traducción diferente del verso 10 que, además, se ajusta mejor al texto original. Mientras Apocalipsis 1 está en primera persona, Apocalipsis 5:10 debería estar en tercera persona. De allí que diga que parecen ser paralelos. En realidad lo son, pero la diferencia está en la persona en la cual debe ser conjugado.

La RV1960 es mi preferida y siempre digo que nací y moriré con ella, y salvo contadísimas excepciones, es preferible recurrir a otras. Este es el caso de una de esas excepciones donde otras versiones han hecho una mejor traducción que la RV1960.

Como verán a continuación, la diferencia es sustancial cuando vamos a otras versiones ya que mientras la RV1960 traduce el versículo en primera persona del plural, estas otras versiones lo hacen en tercera persona del plural ....

Nueva Versión Internacional (NVI)
De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra."


Dios Habla Hoy
De ellos hiciste un reino, hiciste sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra."

La Biblia de las Américas (LBLA)
Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.

Castillian (CST-IBS)
y de ellos hiciste para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinarán sobre la tierra".

El hecho de que los ancianos canten en tercera persona del plural aporta más elementos para concluir de que en realidad ellos no son la iglesia. Si los ancianos fueran la iglesia o un símbolo de la misma, entonces los ancianos no podrían hablar en tercera persona del plural sino que deberían cantar en primera persona, tal cual lo traduce la RV1960. Las versiones que traducen este versículo en tercera persona son posteriores a la RV1960 y han mejorado la traducción de este versículo.

El cambio que han hecho estas otras versiones, traduciendo el cántico en tercera persona, en realidad se ajusta mejor al contexto bíblico y aporta elementos para una mejor interpretación. Como he señalado en este epígrafe, existen varios argumentos para señalar que los ancianos no son la iglesia, sino seres celestiales de jerarquía.

En este contexto entonces es mejor que se traduzca entonces el cántico de los ancianos en tercera persona pues hablan sin lugar a dudas de un tercero que es la iglesia, cuyos miembros somos reyes y sacerdotes.

La calidad de reyes y sacerdotes que revestimos los miembros de la iglesia está confirmada por el pasaje que ya cité de Apocalipsis 1:6 que dice: “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”. En el mismo sentido, Cristo dice en Apocalipsis 2:26-27 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin yo le daré autoridad sobre las naciones y las regirá con vara de hierro”.

El ser reyes se traduce precisamente en eso que vengo de citar de Apo 2 y que es tener autoridad sobre las naciones y regirlas una vez que comience el reino terrenal de Cristo sobre la tierra y luego durante la eternidad. El ser sacerdotes supone ministrar delante de la presencia de Dios y en su templo cumpliendo unas de las tareas que hasta los ángeles anhelan. 1 Pedro 2:5 nos ayuda a entender mejor el ministerio sacerdotal que ya hoy llevamos adelante en el nombre y a través de la obra de Cristo.

Ambas calidades, principalmente la de reyes, a su vez nos coloca en posición de juzgar. Dice 1 Corintios 6:2 “¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?”

Pablo les hablaba en estos términos a los corintios que parecían ya haberse apropiado con cierta arrogancia de sus calidades reales “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡ Y ojala reinases, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros” 1 Corintios 4:8

Como decía más arriba, el reino sobre el cual ejerceremos reinado es el reino milenial que describe Apocalipsis 20 y sobre el cual Isaías abunda en bastantes detalles. Ese reino milenial de Cristo hará las veces de prólogo e introducirá a toda la creación en la eternidad, donde existirá el nuevo cielo y nueva tierra según lo profetiza el propio Apocalipsis.

Apocalipsis 5:10, al dejarnos la promesa y confirmación de que realmente somos reyes y sacerdotes eternos por ser hoy miembros de la iglesia, nos debería agregar un motivo más de agradecimiento y alabanza a YHWH, el que era, es y ha de venir.

 

Apocalipsis 5:11-12 “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.

El contenido de estos versículos está dado por lo que Juan vio y escuchó. La visión es de ángeles y lo que Juan escucha es una alabanza proveniente de éstos.

Noten por favor que Juan dice que lo que vio fueron “muchos ángeles”. No se nos da un número que nos permita hacernos una idea exacta de la cantidad de ángeles. Y esto es muy importante en la interpretación de Apocalipsis. Cuando lleguemos a Apocalipsis 7 veremos que allí se nos habla de 144.000 sellados y veremos que hay quienes mal interpretan el pasaje porque lo espiritualizan y dicen que ese número en realidad es un número simbólico que significa una cantidad incontable.

Estos versículos 11 y 12 nos muestran que en realidad cuando la profecía quiere hablar de una multitud que no se puede contar así lo dice expresamente. Por tanto, siendo esto así, cuando la profecía habla de 144.000 en Apo 7 es porque son exactamente 144.000 y cuando habla de “muchos” o de “multitud” como en el caso de la multitud de ropas blancas de Apo 7 es porque en realidad son incontables.

Si los 144.000 de Apocalipsis 7 no fueran una cantidad exacta, entonces la profecía hubiera recurrido a un giro similar al aquí utilizado en este verso 11 de “millones de millones” o “muchos”.

La visión de estos ángeles y la alabanza que entonan nos ayudan a ir completando la escena que veníamos contemplando ya desde el capítulo y también el 5.

Resulta interesante notar que la profecía no dice que los ángeles estén cantando, sino que simplemente dice que los ángeles “decían a gran voz”. Es imposible imaginar como sonarán en simultáneo todas esas millones de millones de voces angelicales alabando al Cordero, pero seguramente es algo que sólo en el cielo escucharemos.

Al estudiar el verso 9 vimos que los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cantaban un nuevo cántico. De ellos sí se nos dice que cantaban, lo cual no sucede con los millones de ángeles que tenemos aquí.

Mientras que el cántico de los cuatros seres vivientes y los ancianos habla de la obra redentora de Cristo y la purificación de pecados a través de su sangre, esta alabanza de los ángeles habla de los atributos de la gloria de Cristo tales como el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza y la dignidad para recibir alabanza. La obra de Cristo en la cruz aparece, sin embargo, nuevamente mencionada aquí como la razón que hace que el Cordero sea digno de estos atributos propios de su gloria.

La alabanza del verso 12 es la segunda de las alabanzas que recibe el Cordero, habiendo sido la primera la del verso 9. En el verso 13 veremos una tercera alabanza dirigida al Cordero en esta escena que se le está revelando a Juan, antes de entrar a la apertura del libro de los sellos y estudiar así los juicios apocalípticos.

El Fuerte de Jacob los guarde la hora de la prueba que viene (Apo 3:10) mediante el rapto (1 Tes 4).

 

Apocalipsis 5:13 "Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos."

El verso 9 contiene la adoración de los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos, los que como vimos son seres celestiales que conforman la jerarquía celestial, aunque hay algunas interpretaciones que consideran que los veinticuatro ancianos son la iglesia.

El verso 11, por su parte, contiene la adoración de millones de millones de ángeles, la cual se constituye en la segunda de las alabanzas que presenciamos en esta escena celestial.

La tercer alabanza que nos revela este cuadro profético está contenida en este verso 13 y procede de toda la creación. Con esta alabanza del verso 13 se completa el cuadro de adoración y tenemos entonces que Dios es alabado por toda la jerarquía celestial, por los ángeles y por toda la creación y los seres creados que en ella hay sin importar su ubicación o características.

Los únicos que van quedando fuera de este cuadro de adoración por ahora son los moradores de la tierra, los no salvos, los cuales se aprestan a recibir los juicios que vienen de Dios y que están contenidos en los sellos, trompetas y copas.

Sin embargo, los moradores de la tierra pronto también deberán rendir adoración a Dios pues como está escrito en Isaías 45:23 y Romanos 14:11 "Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios".

Y en el mismo sentido podemos citar Filipenses 2:9-11 que dice "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre".

Así pues, según la Escritura, llegará la hora que también los no salvos deberán sumarse a la adoración a Dios. Por lo pronto, tenemos hasta aquí a toda la jerarquía celestial, ángeles incluidos, y a toda la creación alabando a Dios.

Los no salvos, mientras se produce este cuadro celestial de adoración y alabanza, están a punto de recibir los juicios apocalípticos que analizaremos versículo a versículo más adelante.

Resulta interesante notar que esta adoración proviene de cuatro lugares diferentes: 1. cielo, 2. tierra, 3. debajo de la tierra, y 4. mar.

Estos cuatro lugares conforman la totalidad de lo creado y por tanto la alabanza aquí descrita es total, lo cual es lógico si tenemos en cuenta la dignidad de Cristo que lo hace merecedor de tal alabanza y su carácter de Creador de todo lo que existe según también podemos leer en Apocalipsis 1:8 "Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso".

Los destinatarios de la adoración son El que está sentado en el Trono, y que se nos describió en Apocalipsis 4:3 y el Cordero, que nos fue descrito en 5:6.

Tanto Dios como Cristo, personas de la Trinidad, son receptoras de la misma alabanza y adoración lo cual confirma la plenitud de la deidad y gloria de Cristo, quien es al mismo tiempo Dios.

Este verso 13, en síntesis, nos ofrece un cuadro más de la adoración celestial y nos provee de inspiración para mejorar la nuestra desde ahora mismo.
 

Apocalipsis 5:14 "Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos".

Como vimos al analizar los versículos anteriores, principalmente los del capítulo 4, los cuatro seres vivientes conforman una creación celestial de un rango muy importante en la jerarquía celestial. De tal magnitud es la jerarquía de estos seres que ellos están "junto al trono y alrededor del trono" según Apo 4:6.

Teniendo en cuenta entonces la particular importancia que estos seres tienen en la jerarquía celestial, resulta sumamente trascendente el "Amén" que estos seres dicen a la alabanza que proviene de toda la creación. Ese "Amén" proveniente de seres celestiales tan importantes viene a constituir una suerte de ratificación de esa alabanza y nos muestra la plena conformidad de los mismos con esa alabanza. En otras palabras, los cuatro seres vivientes, están de acuerdo con la alabanza expresada por toda la creación y avalan tal adoración y se suman a ella diciendo "que así sea".

Apocalipsis 4:8 nos muestra que estos cuatro seres vivientes no cesaban de decir "Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir" y luego Apocalipsis 5:9 nos muestra a estos mismos cuatro seres cantando un nuevo cántico de redención junto a los veinticuatro ancianos. En definitiva, vemos entonces a los cuatro seres vivientes íntimamente relacionados con la adoración y ahora en este verso 14 los vemos también en relación a la adoración, pero esta vez dando su ratificación, su aprobación, sellando lo que la creación expresa al Señor.

El versículo 14 también menciona a los veinticuatro ancianos, a los cuales habíamos visto en el verso 9 junto a los cuatro ancianos entonando el nuevo cántico. Pero esta vez, los veinticuatro ancianos no emiten palabra sino que se limitan a postrarse delante del que está sentado en el Trono y el Cordero, que son los únicos que merecen y reciben adoración. Dice al respecto el verso "y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos".

La actitud de los veinticuatro ancianos, a pesar de que no emiten palabra, es también de adoración puesto que el postrarse es una manifestación de alabanza, respeto, admiración y honra, y el hecho de que lo hagan sobre sus rostros acentúa enormemente esto.

Analizaremos verso por verso el capítulo 6 y al hacerlo veremos la apertura de cada uno de los sellos del libro sellado. Como vimos antes, sólo el Señor Jesucristo es el único digno de abrir y ejecutar los juicios apocalípticos, pues El fue inmolado y llevó sobre sí nuestros pecados pagando el precio de nuestro rescate y mereciendo así toda autoridad y derecho a juzgar.

 

Apocalipsis 6 - Introducción - parte 1

Antes de abordar el estudio el estudio versículo a versículo de Apocalipsis 6, corresponde hacer una breve introducción al respecto.

Como señalé al principio, resulta vital que cada versículo de Apocalipsis, al igual que cada versículo de toda la Escritura, sea interpretado contextualmente. Esa es la única forma de llegar a la verdadera interpretación del versículo.

Doctrinas tales como el preterismo, el amilenarismo, el postribulacionismo y el midtribulacionismo solo prosperan en terrenos donde el análisis de los versículos es aislados. Son doctrinas que no resisten un análisis contextual de los versículos.

Solo la doctrina premilenial pretribulacional puede ofrecer un análisis contextual que satisfaga todos los versículos bíblicos y eso es lo que estoy intentando hacer aquí, en este caso con el libro de Apocalipsis.

Así que al continuar ahora con el capitulo 6, vuelvo a reiterar la máxima dicha antes de que cada versículo debe ser analizado en el contexto de los demás versículos y en el de toda la Biblia, pues la Escritura es una sola y solamente ella contiene la llave para su verdadera interpretación.

Apocalipsis 6 se cumplirá en el futuro, al igual que Mateo 24.


Tal como había señalado antes, según Apocalipsis 1:19 este capitulo 6 forma parte de las "cosas que han de ser después de estas". Es decir que este capitulo, al igual que todos los capítulos que siguen, contienen profecías cuyo cumplimiento está establecido para después de la era de la iglesia, la cual está contemplada en los capitulo 2 y 3 de Apocalipsis.

Como Uds. recordarán, Apocalipsis 1:19 divide el libro en tres partes: 1) las cosas que has visto: capitulo 1, visión de Cristo, 2) las cosas que son, capítulos 2 y 3, la era de la iglesia y 3) las cosas que han de ser después de estas (es decir la iglesia), capítulos 4 y siguientes. Apocalipsis 4:1 confirma esto por cuanto la revelación que allí comienza claramente establece que refiere a "las cosas que sucederán después de estas".

Los capítulos 4 y 5 nos ofrecieron la revelación de la preparación de los juicios apocalípticos, señalándosenos que solamente Cristo es digno que autorizar el comienzo de los mismos y ejecutarlos (Apocalipsis 5:9). Entiendo que el versículo 7 del capitulo 5 revela un momento sumamente sublime y soberano en la profecía por cuanto describe a Cristo ejerciendo su autoridad para tomar el libro y ejecutar así los juicios apocalípticos contenidos en los siete sellos, trompetas y copas.

No existen dudas en cuanto al momento de cumplimiento de esta profecía de los capítulos 6 y siguientes de Apocalipsis. Estos capítulos (hasta el 19 inclusive) hacen referencia a lo que Cristo llamó en Mateo 24:21 "gran tribulación" por cuanto "no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá".

La doctrina preterista enfrenta aquí un obstáculo insalvable, por cuanto sus defensores tratan de sostener que Mateo 24 ya se cumplió. Si Mateo 24 ya se hubiera cumplido, entonces toda tribulación, catástrofe, persecución, terremoto, peste, muerte, guerra, etc. que siguió a la era de la iglesia primitiva debió ser menor que la de los primeros siglos de la era cristiana. Sabemos que ello no es así, sino que todo lo que siguió a los principios de la era cristiana fue mas grave, mas catastrófico, mas severo y será aún más severo lo que ocurra cuando comience a transcurrir el reloj en la hora de Apocalipsis 6.

El preterismo trata de hacer caer la profecía y la Biblia toda en la obsolescencia, puesto que al sostenerse infundadamente que toda la Escritura ya se cumplió, pretende hacer entonces que la Biblia carezca de relevancia para la actualidad.

La tribulación a la que refiere Mateo 24 y que se describe en Apocalipsis 6 es una tribulación sin precedentes, por lo cual NUNCA pudo haber ocurrido en el pasado y mucho menos en la era de los primeros cristianos. Además, a esa tribulación seguirá INMEDIATAMENTE el regreso de Cristo en su segunda venida visible para todo el mundo, según Mateo 24:29-30 y Apocalipsis 19:11-12, Apocalipsis 1:7 y Hechos 1:11. Esta segunda venida visible de Cristo NUNCA ocurrió y siendo que la profecía señala que ocurriría INMEDIATAMENTE después de la tribulación, entonces tampoco ocurrió la tribulación profetizada en Mateo 24 y Apocalipsis 6.

La visibilidad de la segunda venida de Cristo es incuestionable puesto que la profecía dice que "todo ojo le verá, y los que le traspasaron, y todos los linajes de la tierra harán lamentación por el" (Apocalipsis 1:7). Eso nunca ocurrió, ergo nunca ocurrió la tribulación.

 

Apocalipsis 6 - Introducción - parte 2

Analicemos ahora el paralelismo Apocalipsis 6 - Mateo 24.

Estos dos capítulos contienen profecías paralelas, ambas reveladas por Cristo (Mateo 24:4 y Apo 1:1).

Al decir profecías paralelas quiero decir que refieren al mismo hecho, complementándose ambos pasajes.

Así por ejemplo tenemos que:

1. La tribulación comenzará con una aparente paz traída por un líder. Apocalipsis 6:2 = Mateo 24:5

2. La tribulación supondrá guerras y muertes. Apocalipsis 6:4 y Mateo 24:6-7

3. La tribulación traerá terremotos, aún más severos que el recientemente ocurrido en Asia. Apocalipsis 6:12 = Mateo 24:7

4. La tribulación traerá severas restricciones económicas y daños a los alimentos que se traducirán en un gran hambre mundial. Apocalipsis 6:6 = Mateo 24:7

5. La tribulación acarreará persecución de los que se salven luego del rapto y de los judíos que acepten a Jesús como Mesías. Apocalipsis 6:9 = Mateo 24:9

6. La tribulación implicará juicios sobre la humanidad mediante la caída de estrellas, meteoritos y otros eventos cósmicos. Apocalipsis 6:13-14 = Mateo 24:29

Mateo 24 contiene muchísimas otras referencias a la tribulación que están contenidas en otros capítulos de Apocalipsis y que veremos oportunamente (tal es el caso de la predicación del evangelio en todo el mundo, la protección de los escogidos, las falsas señales del falso profeta, la huida de los judíos al desierto),

La iglesia: ausente de la tierra durante toda la tribulación

Brevemente podemos señalar que la ausencia de la iglesia durante este periodo de duración de la tribulación es confirmada, entre otras muchas razones, por:

1) la promesa de Apocalipsis 3:10;

2) la estructura que Cristo dio a Apocalipsis en 1:19;

3) la inexistencia de mención a la iglesia en los capítulos 4 al 19, luego de mencionársele por ese nombre durante 3 capítulos seguidos al comienzo del libro.

4) la finalidad de la tribulación, la cual es castigar al injusto, y Dios no castiga justos con injustos según Génesis 18:25.

5)la finalidad de la tribulación, la cual es derramar la ira de Dios, y la iglesia no está puesta para ira sino que ya Cristo sufrió por ella (1 Thesal. 5:9). Al leerse este versículo nótese que está inserto en un contexto en el cual se viene hablando del arrebatamiento. Se explica que el arrebatamiento, precisamente es consecuencia de que la iglesia no está puesta para ira.

6)el hecho de que los destinatarios de la profecía de Mateo 24 son los judíos y NO la iglesia, lo cual queda claro al leer por ejemplo 24:15 (se refiere al templo judío), 24:20 (se refiere al día de reposo), 24:16 (se refiere a Judea).

7)el propósito de Dios con este periodo de tiempo, el cual es establecer un trato directo y único con Israel que complete los 490 años profetizados en Daniel 9. 483 años determinados proféticamente en la historia sobre Israel ya han tenido cumplimiento, restando 7 que serán los que durará la tribulación.

8) la necesidad de que 3 nuevos agentes sean portadores del evangelio, ante la ausencia de la iglesia. Estos 3 nuevos agentes son: los dos testigos de Apo 11; los 144.000 sellados de Apo 7 y el ángel con el evangelio de Apo 14. Estos tres agentes predicadores desarrollarán su acción precisamente porque la iglesia, natural destinataria del encargo de predicación (Mateo 28:19), NO ESTARÁ.

Existen mas razones, pero son suficientes por ahora para fundar bíblicamente la afirmación de que la iglesia no estará en la tierra mientras se sucedan los eventos apocalípticos que comentaré.

 

Apocalipsis 6 - Introducción - parte 3

Breve explicación de la forma válida de interpretación de la profecía


Algo que viene bien recordar al ingresar a este capitulo 6 es lo atinente a la forma según la cual se debe interpretar la profecía.

La literalidad es la regla de interpretación que se impone si se quiere descubrir el verdadero significado de la escritura. La aplicación de tal regla no es producto de capricho o comodidad, sino una imposición de la propia Biblia y del análisis de la forma en la cual se han cumplido las profecías pasadas.

Solo debe recurrirse a una interpretación simbólica o espiritual cuando el texto bíblico así lo autorice y no se pueda aplicar la literalidad, por ejemplo porque aplicar la literalidad resulte en un absurdo. Solo debemos aplicar la interpretación simbólica cuando claramente se esté usando un símbolo y en tal caso debemos interpretar tal símbolo con los elementos que nos proporciona la misma Escritura.

Cuando Apocalipsis utiliza símbolos, así lo deja ver claramente y también nos proporciona la interpretación del símbolo para que no andemos haciéndole decir a la Escritura cosas que son producto de la imaginación de cada interprete. Cito algunos ejemplos para que vean como la Escritura respalda esto que estoy diciendo:

A) Apocalipsis 11:8 se refiere a Jerusalén usando como símbolo Sodoma y Egipto. El propio versículo introduce el símbolo y al mismo tiempo su significado.

B) Apocalipsis 12:3 utiliza el símbolo de un dragón, pero el mismo capitulo 12:9 nos aclara que tal símbolo representa a Satanás.

C) Apocalipsis 12:1 describe una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de doce estrellas. La profecía también describe a esta mujer diciendo que está encinta y que está con dolores de parto. La propia Escritura nos da los elementos para interpretar este símbolo impidiendo así que hagamos interpretaciones libres, como es propio del preterismo.

Así, la propia Biblia identifica a Israel como mujer que está de parto en Miqueas 4:10, Isaías 13:8, 26:17,18, 21:3; Oseas 13:13. Y también es la propia Biblia la que identifica a Israel con el sol, la luna y las estrellas, bastando para ello leer el sueño PROFÉTICO de José en Génesis 37:9-10.

D) Apocalipsis 4:5 utiliza el símbolo de siete lámparas de fuego, pero inmediatamente el mismo pasaje se encarga de cortar cualquier posibilidad de que interpretemos libremente y nos da la interpretación valida: son los siete espíritus de Dios.

E) Lo mismo sucede con Apocalipsis 7:9-10, donde se utiliza el símbolo de siete cabezas y se nos da la interpretación de que son 7 reyes.

F) Apocalipsis 17:1 contiene otro símbolo: aguas. El mismo capitulo nos da la interpretación: las aguas son pueblos, naciones (v. 15).

Y existen más ejemplos, los cuales iremos viendo en la medida que avancemos en este estudio. Pero, por lo pronto, estos son suficientes para ejemplificar lo que vengo diciendo y, fundamentalmente, para demostrar que tiene base bíblica.

En consecuencia, la literalidad predomina como regla de interpretación y el simbolismo solo debe aplicarse cuando la Biblia autorice a reconocer como símbolo lo que se está leyendo y provea de la interpretación.

De esta forma no existirán nunca dos interpretaciones, que es lo que predomina en las interpretaciones preterístas, simbólicas o espirituales. La verdad es solo una, no dos. Por tanto la única regla validad de interpretación es la que ofrezca solo una interpretación. La literalidad, no solo ofrece una sola interpretación, sino que ofrece la única valida.

El preterismo y la interpretación simbólica generalizada a veces trata de fundamentar su doctrina diciendo que todo Apocalipsis es simbólico por cuanto Juan se vio obligado a ocultar su verdadero significado ante las autoridades.

Al utilizar símbolos, dicen, Juan hizo que el mensaje apocalíptico pareciera inofensivo, logró que las autoridades lo ignoraran y así protegió a sus destinatarios.

Sostener esto es absurdo por varias razones:

1) sería subestimar el poder de Dios para proteger a quienes El quiere proteger y para proteger su Palabra;

2) el propio Juan ya estaba en prisión por causa de la Palabra (Apo 1:9) por lo que revelar la verdad con las verdaderas palabras no le habría aumentado su tribulación;

3) el mensaje habría sido inentendible para sus contemporáneos o destinatarios originales pues no manejaban el código que supuestamente Juan usó;

4) iría contra la naturaleza misma de Apocalipsis, la cual es revelar lo escondido. Resulta difícil revelar lo que está oculto utilizando símbolos que son pasibles de tantas interpretaciones como interpretes haya. Apocalipsis en griego significa: revelación y eso está en consonancia con lo que dice Apo 22:10 en cuanto a que Juan no ocultara la profecía.

En conclusión, NO hay ningún símbolo o interpretación espiritual si la Biblia no lo indica o lo autoriza y si no nos da el correspondiente significado del supuesto símbolo, debiendo en tales casos procederse aplicando siempre la interpretación literal.

Me pareció oportuno hacer este comentario referente a la interpretación ya que estas reglas adquieren especial relevancia y utilidad al ingresar a este capitulo 6.

 

Apocalipsis 6 - introducción - parte 4

El contexto del capitulo


El capitulo 6 revela la sucesión de juicios que sobrevendrán sobre la tierra una vez que la iglesia haya sido quitada de la tierra en cumplimiento de 1 Tes 4:17 y para que se cumpla Apocalipsis 3:10.

Este ultimo versículo citado revela una de las finalidades que tendrá esta tribulación: "probar a los que moran sobre la tierra" y revela también el alcance: "sobre el mundo entero". Y también este versículo es portador de la promesa del Señor de guardar a su iglesia durante la sucesión de estos juicios a través del arrebatamiento: "yo también te guardaré de la hora de la prueba" en consonancia con Romanos 5:9.

La tribulación también tendrá por objetivo la "preparación" de Israel para la venida del Mesías. Tal como profetiza Romanos 11:26 "todo Israel será salvo". Y esto tendrá cumplimiento cuando, como consecuencia de la persecución que tendrá lugar en la tribulación, el remanente judío se vuelva a Cristo y le reconozca como Mesías.

Esto será también cumplimiento de Zacarías 13:8-9 que predice una persecución a manos del anticristo que viene que terminará con las 2/3 partes de la población judía, salvándose 1/3 que será el remanente que cumplirá Romanos 11:26.

Este es el ultimo tiempo de prueba para Israel, el tiempo del cual habló Jeremías cuando dijo "Ah cuan grande es aquel día ! tanto que no hay otro semejante a él, tiempo de angustia para Jacob, pero de ella será librado (Jeremías 30:7).

No solamente el castigo de los no que aceptaron a Cristo, la prueba y la preparación de Israel serán la finalidad de esta gran tribulación. Sino que también esta tribulación tendrá por objeto demostrar la misericordia de Dios, la cual es grande (Éxodo 34.6). Aun durante este tiempo de tribulación estará abierta la puerta de la gracia, puesto que Dios no quiere que nadie se pierda sino que todos se arrepientan (2 Pedro 3:9).

La salvación seguirá siendo posible a través del arrepentimiento y la aceptación de Cristo como único salvador (Apocalipsis 7:14). Dado que la iglesia no estará en la tierra, quienes se salven no serán integrantes de la esposa de Cristo, sino que serán invitados o llamados a las bodas (Apocalipsis 19:9).

No obstante, aún cuando la puerta de la gracia estará abierta y aún cuando los hombres reconozcan que los juicios provienen de Dios, no se arrepentirán (Apocalipsis 9:20-21).

La sucesión de juicios apocalípticos SIGUE al arrebatamiento (puesto que la era de la iglesia se agota en los capítulos 2 y 3) y PRECEDE en forma inmediata la segunda venida visible de Cristo (Mateo 24:29-30, Apocalipsis 19:11)). Cristo profetizó. Dado que, como dije, esa segunda venida visible nunca se produjo, tenemos un argumento adicional para sostener entonces que tal tribulación tampoco nunca ocurrió hasta el momento.


Apocalipsis 6 - Introducción - parte 5

La duración de la tribulación: 7 años

Los juicios apocalípticos se sucederán rápidamente. Apocalipsis 1:1 revela que la revelación es sobre las "cosas que deben suceder pronto".

El original griego revela que la palabra traducida como "pronto" es "tachy" y esta palabra significa "rápidamente". Esto significa que las profecías apocalípticas se sucederán rápidamente una vez que hayan tenido comienzo de cumplimiento.

"Pronto" en Apo 1:1, por tanto, está lejos de significar que los eventos apocalípticos fueran a suceder en los tiempos de Juan o poco tiempo después, como mal interpreta el preterismo ignorando el original griego.

Por el contrario, lo que "pronto" significa es que los juicios caerán rápidamente, uno tras otro, una vez que hayan comenzado a ejecutarse.

Cristo profetizó en Mateo 24:22 "que si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados".

Tenemos entonces que la tribulación durará un periodo corto y que la razón de tal duración es la misericordia de Dios.

Ahora bien ¿cuanto tiempo durará entonces?

La clave está en Mateo 24: 15, donde Cristo relacionó la tribulación con la profecía de Daniel de las 70 semanas.

Esta vinculación que Cristo hizo entre las dos profecías constituye un argumento adicional más para tirar por tierra la posición de quienes señalan que ya se cumplieron las 70 semanas en la persona de Cristo. Lejos de haberse cumplido, dicha profecía de las 70 semanas está aun pendiente de cumplimiento y éste está en intima conexión con el tiempo de la tribulación futura.

Las setentas semanas profetizadas en Daniel 9 son un periodo de 490 años. Rápidamente, la base bíblica para establecer la equivalencia 1 día = 1 año está dada por lo siguiente:

A) Es el propio contexto de la profecía de Daniel 9 el que nos advierte que debemos interpretar las semanas como periodos de 7 años. Así por ejemplo tenemos que Daniel 9:2, es decir lo que origina la profecía, habla de años.

B) El término "semana" históricamente se utilizaba en hebreo para hacer referencia a un periodo de tiempo de sietes. Decir "setenta semanas" equivaldría a decir "setenta sietes".

Esto, sumado a que el contexto profético nos ordena a pensar en años (Daniel 9:2) nos lleva a la conclusión de que la profecía refiere a "setenta periodos de 7 años". De allí entonces que hable de 490 años.

C) El análisis de las fechas en que ocurrieron los eventos profetizados confirma que la expresión "setenta semanas" equivale a "setenta periodos de siete años".

Así tenemos que se profetizó que las primeras 69 semanas COMENZARÍAN a transcurrir con la salida de la orden para restaurar y edificar Jerusalén (Daniel 9: 25) y que TERMINARÍAN inmediatamente antes de que se quitara la vida al Mesías (Daniel 9:26).

El tiempo transcurrido entre ambos eventos (la orden de edificación de Jerusalén y la muerte de Cristo) fue de 483 años, con lo cual tenemos que es correcta entonces la interpretación de que "setenta semanas" equivalen a "setenta periodos de siete años" puesto que solo contando de esa forma entran estos eventos en 483 años.

Los restantes 7 años aún están pendientes de cumplimiento. No existe obstáculo alguno para separar en el tiempo el cumplimiento de estos 7 años del resto de las semanas. La propia escritura establece que existe un intervalo entre las primeras 69 semanas y la ultima. Inclusive la propia escritura introduce algunos eventos dentro de este intervalo, tales como la muerte de Cristo y la destrucción de Jerusalén a manos de los romanos (Daniel 9:26).

Es durante este intervalo entre las 69 semanas y la ultima que Dios ha extendido su gracia a nosotros los gentiles, estableciendo así la era de la iglesia a la cual he hecho referencia al mencionar Apocalipsis 2 y 3 como las "cosas que son".

Las setentas semanas están determinadas sobre Israel y sobre Jerusalén, a tal punto que es como si hubieran sido "cortadas" de la historia destinadas a cumplirse sobre ese pueblo. De allí que la iglesia no aparezca mencionada entre Apocalipsis 4 al 19 y que todos estos capítulos contengan referencias claras a este pueblo y al antiguo testamento tales como el templo judío, el arca, altar, 144.000 sellados judíos, trompetas y copas (que se usaban en el templo judío), plagas, etc.

Es durante esta ultima semana que Dios comenzará a consumar sus planes y promesas sobre Israel. Es durante esta semana que Israel sufrirá persecución que le hará volver a Dios y reconocer a Cristo, será probado y quedará un remanente, será instaurado en la tierra prometida de forma firme y eterna y recién allí se consumará el propósito de las 70 semanas el cual está descrito en Daniel 9:24.

Mateo 24:15 habla de la abominación desoladora que recaerá sobre el templo judío durante la tribulación, lo cual establece la conexión entre ambas profecías a la cual hacía referencia. Y tal abominación no es otra que la profetizada en Daniel 9:27, la cual se producirá cuando el anticristo haga cesar el sacrificio y la ofrenda en el templo judío que será reconstruido en el futuro.

Según Daniel 9:27 esto ocurrirá a la mitad de la semana, es decir, a los 3 años y medio de comenzada la tribulación. Será en ese momento a partir del cual el anticristo tendrá el pleno poder al que refiere Apocalipsis 13:7 y 13: 5. El anticristo aprovechará ese máximo de poder para irrumpir en el templo judío reconstruido, hacer cesar el sacrificio y la ofrenda y se proclamará a sí mismo como dios.

Vemos entonces como Apocalipsis, Mateo y Daniel se conectan y complementan también en cuanto a lo que a la duración de la tribulación se refiere.

A) Daniel 9 nos habla de que resta por cumplirse un periodo de 7 años y que tal periodo tiene un propósito definido en el plan de Dios para Israel, en el cual no entra o no está contemplada la iglesia,

B) Mateo 24 nos dice que ese periodo se cumplirá en la tribulación y confirma que tal periodo tiene únicamente conexión con Israel,

C) Apocalipsis, por su parte, nos señala que a partir de la mitad de ese periodo de 7 años, el anticristo tendrá pleno poder sobre el mundo y por un periodo de 3 años y medio. La catástrofe en la cual ya se habrá sumido el mundo entero cuando hayan transcurrido los primeros 3 años y medio de tribulación serán campo fértil sin duda para facilitarle al anticristo su acceso al poder pleno.

En consecuencia:

1. La tribulación tiene intima conexión con la profecía de las setenta semanas, tal cual surge de Mateo 24:15

2. Existe base bíblica para sostener que "setenta semanas" es equivalente a "setenta periodos de siete años" por lo que la profecía refiere en realidad a 490 años.

3. Está pendiente de cumplimiento una semana, es decir 7 años. Son estos siete años pendientes de cumplimiento los que se relacionan en forma intima con la tribulación. Ver Mateo 24:15 y Daniel 9:27, ambos hablan de la abominación futura sobre el templo judío.

4. Los primeros 483 años se cumplieron sin ninguna conexión con la iglesia, por lo que los restantes 7 se cumplirán de igual forma. Como sabemos, la Escritura señala que iglesia será arrebatada antes de que comience la tribulación, lo cual permitirá librarla de la ira que supone tal tribulación y además que Dios trate directamente con Israel y se cumpla así o se COMPLETE la profecía de las setenta semanas.

Para exponerlo en una forma de razonamiento lógico ...

La tribulación dura 7 años porque:

A) La iglesia no estará en la tierra por todo el tiempo que dure la tribulación.

B) La tribulación durará por todo el tiempo que Dios haya provisto para la restauración de Israel, la cual es una de las finalidades de la tribulación además del castigo sobre los injustos.

C) El tiempo provisto por Dios para eso son los 7 años restantes profetizados por Daniel

De allí que la tribulación dure entonces 7 años.
 

Apocalipsis 6:1 “Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira”.

Habiendo hecho una rápida introducción al capitulo 6, corresponde ahora considerarlo versículo por versículo, al igual que hemos hecho con los anteriores capítulos.

El capitulo 6 nos introduce a los juicios apocalípticos, los cuales tienen comienzo de cumplimiento con la apertura de los sellos que solo el Cordero es digno de abrir.

El hecho de que nos haya sido revelado el curso futuro de la historia a través de Apocalipsis, debe generar en nosotros una gratitud inmedible. Es a través de Apocalipsis que sabemos con certeza absoluta como se sucederá el futuro de la humanidad y Dios nos lo ha revelado. Dice Apo 1:1 que Revelación contiene aquellas cosas que deben suceder pronto (“tachy”), es decir rápidamente, y que es voluntad de Dios que sean reveladas a sus siervos, es decir nosotros.

Los juicios que este capitulo nos describe así como los que siguen con el sonar de las siete trompetas y el derramamiento de las siete copas de la ira, se suceden en forma sucesiva, en la forma que van apareciendo a través de la Revelación. Y no solamente se suceden en el orden preciso establecido en la revelación sino que además se

Al igual que en muchas partes de la revelación, Juan nos dice “Vi” y “oí”, lo cual nos habla de que lo que Juan escribe es producto de lo que percibió directamente a través de sus ojos y oídos, lo cual lo transforma en un testigo de lo que estaba sucediendo en esta escena celestial.

“Uno de los sellos” refiere sin lugar a dudas al primero de los sellos, el cual si bien se abre en el cielo producirá, como veremos más adelante, efectos en la tierra.

Expertos en el texto original griego de Apocalipsis han señalado que el versículo sólo dice “ven” y que “mira” no debería estar incluido en las traducciones con las que contamos. “Ven”, señalan estos expertos, según los originales de la revelación debe ser entendida como una orden y además como una orden dirigida al jinete del caballo blanco.

De esta forma, entienden estos expertos que cuando uno de los cuatro seres vivientes pronuncia “ven”, en realidad no se está dirigiendo a Juan sino que le está dando la orden de que salga al primer jinete que veremos al analizar 6:2.

Esta precisión que hacen los expertos en el texto original parece ser acertada si tenemos en cuenta que el versículo siguiente (6:2) nos dice que simplemente Juan miró y no se nos dice que haya ido a ningún lado. Por tanto, “ven” es una orden dada al jinete y no a Juan.

Así entonces tenemos en este versículo a: 1. Cristo abriendo el primero de los sellos, 2. uno de los cuatro seres vivientes dándole la orden al primer jinete para que salga a escena y 3. Juan como testigo de lo que está ocurriendo.

Lo mismo sucedería con los siguientes versículos donde un ser viviente dice “ven”. En todos esos casos, el “ven” sería una orden dada al jinete correspondiente para que haga su aparición en el escenario histórico de este mundo y ejecute el juicio que se le ha encomendado.

Se ha señalado por parte de algunos hermanos midtribulacionistas y postribulacionistas que en realidad estos primeros sellos no representan la ira de Dios. Alegan que los eventos consecuencia de la apertura de estos sellos no provienen de Dios.

Debo señalar que allí hay un error, puesto que efectivamente la apertura de todos y cada uno de los sellos así como los juicios que ellos suponen, son consecuencia directa de la voluntad e ira de Dios.

Tanto esto es así que:

1. Es Cristo quien abre los sellos

2. Es uno de los seres vivientes que están alrededor del trono el que da la orden para que los jinetes salgan

3. Ninguno de los jinetes puede hacer más de lo que Dios ha establecido como su cometido, siendo Dios quien en todo momento está al control de todo.

En definitiva, cada uno de los sellos es producto de la voluntad de Dios, siendo por tanto los juicios que veremos producto directo de su ira. La actuación del diablo en todo momento está sujeta a la voluntad permisiva de Dios.

Una de las valiosísimas enseñanzas que nos deja este versículo es que es Dios quien está al control de todo y que todo se sujeta a su perfecta y todopoderosa voluntad. Es Cristo quien tiene el libro, quien abre sus sellos y es un ser celestial dependiente directamente del trono de Dios quien da la orden.

Por tanto, Apocalipsis reporta muchísimo consuelo a la iglesia en medio de este mundo que parece no tener rumbo y un futuro incierto. Dios está al control, nos sacará de aquí a través del rapto antes que estos juicios comiencen y éstos se sucederán conforme el plan aquí revelado.

La negación de la literalidad y cumplimiento futuro de Apocalipsis supone negación de la literalidad de la muerte, resurrección de Cristo y ascensión de Cristo, por cuanto resulta imposible espiritualizar una parte de la Escritura y tomar literal otra. Hago la anotación para recordar los comentarios hechos más arriba respecto a las reglas de interpretación, las cuales imponen la literalidad y las que veremos como juegan en este capitulo que ya comenzamos a ver.

Nada escapa a Su control sino que todo es según su voluntad, tanto en la historia de la humanidad como en nuestras vidas diarias. Esa es la paz que trae estudiar profecías

Parte 1

Apocalipsis 6:2 "Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer".

A
bordemos la apertura del primer sello, siempre recordando que el análisis de cada versículo debe hacerse en contexto y teniendo en cuenta todo lo anterior.

Son muchísimos y fascinantes los aspectos que deja el análisis de este primer sello y también son bastantes los pasajes bíblicos que debemos considerar en paralelo, por lo que avancemos por partes.


"Y miré"
, nos dice el apóstol Juan. Esto confirma lo dicho en el último post respecto a que "ven" en Apocalipsis 6:1 era una orden dirigida al primer jinete y que solo "mira" estaba dirigido a Juan.

El versículo 6:2 es consecuencia del 6:1 y no vemos que Juan haya ido a ningún lado, sino que hizo lo que efectivamente se le dijo a él que hiciera: "miré".

Por otra parte, vemos que como consecuencia del "ven" del 6:1 sale ahora un jinete en un caballo blanco, que será el que ocupará nuestra atención.

Me parece interesante señalar cuales han sido las interpretaciones mas conocidas que se han hecho sobre este jinete en el caballo blanco y anotar cuales son los errores en los que incurren tales interpretaciones, para así llegar a mostrar cual es la verdadera.

Evidentemente, corresponde también aquí hacer aplicación de las reglas de interpretación señaladas anteriormente y considerar que este "caballo blanco" es un símbolo que no puede ser interpretado literalmente. No obstante ser un símbolo, este símbolo como veremos más adelante está representando algo es que literal. Todos los símbolos representan verdades literales, solo que se recurre a un símbolo para transmitir con mayor fuerza lo literal. No corresponde hacer como hacen los espiritualistas o simbolistas, que interpretan los símbolos dándoles un significado también simbólico, pues así encubren la verdad que el símbolo transmite.

Pero, antes de eso, veamos cuales han sido las interpretaciones más conocidas y sus fallas, para luego considerar la interpretación correcta.

A.- Se ha dicho erróneamente que este jinete en el caballo blanco es el Señor Jesucristo. Señalo que tal interpretación es errónea por cuanto si la adoptamos, el análisis del versículo no resiste el contexto bíblico.

Las razones para considerar errónea tal interpretación son:

A.1.-Vimos al estudiar Apocalipsis 6:1 que "ven", es una orden de que salga a la escena apocalíptica dada por uno de los cuatro seres vivientes al jinete del caballo blanco.

No es admisible que uno de los cuatro seres vivientes, por más cercanos al Trono que estén, le den una orden a Cristo quien es Rey de Reyes y Señor de Señores (Apo 19:16) y quien tiene toda potestad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18).

Los seres vivientes forman parte de la creación de Dios, y no sería lógico que un ser creado le diera ordenes al creador, por lo que también por esta razón no es correcto identificar al primer jinete con Cristo.

A.2.- En Apocalipsis 19:11 (paralelo a Mateo 24:29-30) vemos a Cristo en un caballo blanco en el momento de su futura segunda venida. Pero el hecho de que Cristo monte un caballo blanco allá en Apocalipsis 19 no es argumento suficiente para sostener que el jinete de Apo 6:2 sea también Cristo, máxime siendo que no coinciden las descripciones que se hacen del jinete en ambos capítulos.

A.3.- Cristo es quien abre los sellos, tal como surge de Apo 6:1 cuando dice "Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos". Resultaría ilógico que Cristo aparezca abriendo el primer sello y al mismo tiempo aparezca saliendo a la escena apocalíptica en el caballo blanco.

No tiene sentido que se nos muestre al mismo Cristo en el mismo pasaje (versos 1 y 2) con dos imágenes diferentes: como Cordero y como jinete del caballo blanco. Está claro que por lo menos en Apocalipsis 5 y 6, Cristo es el Cordero que está abriendo los sellos.

 

Parte 2

Continúo con el análisis de las razones por las cuales NO es correcto identificar a Cristo con el primer jinete:

A.4.- No encajaría en la estructura o cronología profética ver a Cristo a esta altura de la revelación montando sobre un caballo blanco. Los sellos tienen su efecto directamente en la tierra como veremos más adelante, y Cristo volverá a la tierra en el futuro cuando se cumpla Apocalipsis 19 (Mateo 24).

Por lo que Apo 6:1 no es momento aún para que Cristo aparezca en la tierra en la forma que prometió regresar, es decir literal, fisica y visiblemente tal como se fue (Hechos 1:9 al 11). Otra razón entonces para rechazar la identificación del primer jinete con Cristo.

Notaremos al ir avanzando en el estudio de Apocalipsis que cada versículo, cada juicio, cada sello, cada trompeta, cada copa, es preparación para el mayor momento en la historia de la humanidad y la tierra, la segunda venida futura de Cristo. Por lo que, como dije, Apo 6:1 no es momento para que Cristo se muestre según la cronología profética.

A.5.- No hay ningún pasaje bíblico que sirva de respaldo a tal interpretación.

Hay quienes han invocado Habacuc 3:9 para defender esta interpretación por cuanto dice ese pasaje "Se descubrió enteramente tu arco; los juramentos a las tribus fueron palabra segura". Señalan que siendo esta profecía de Habacuc para la tribulación y señalándose allí que en ese periodo se podrá ver el arco del Señor a través de los juicios apocalípticos, entonces hay suficiente razón para identificar al Señor con el primer jinete que porta el arco.

Sin embargo, debemos señalar que el arco es utilizado en muchos otros pasajes bíblicos como un signo de poder militar, indicándose que cuando Dios rompe el arco de tal o cual nación es porque vence su poder militar.

Ver por ejemplo Jeremías 49:35; 51:56; Ezequiel 39:3. En todos esos pasajes vemos que cuando se usa "arco" es un símbolo del poder militar que es derrotado por el Señor. En el caso de Habacuc 3:9 "arco" está hablando del poder del Señor, el cual será derramado en ira sobre la tierra, pero no constituye base sólida para defender una identificación del primer jinete con Cristo. El arco en Apo 6:2 podrá ser símbolo en todo caso del poder o la victoria del jinete pero no habilita a identificarlo con el Señor.

¿Por que razón entonces no identificar al Señor con Rusia siendo que Ezequiel 39:3 habla del arco de Gog y Magog y también al igual que Habacuc es una profecía futura?. Además, nótese que en Apocalipsis 19 el Señor se nos muestra con la espada que sale de su boca, y no con un arco.

A.6.- Veremos más adelante que a este primer jinete se le da una corona. Cristo no necesita que se le den coronas, puesto que El ya es y siempre fue el Soberano, el principio y el fin, el Todopoderoso (Apocalipsis 1:8), por lo que ese primer jinete no puede ser Cristo tampoco por esta razón.

A.7.- El análisis de los sellos que siguen a la aparición del jinete del caballo blanco también sirven de argumento para descartar la identificación con Cristo. En efecto, si el jinete del caballo blanco fuera Cristo, no se entiende como Cristo es vencido en su intento de traer paz (Apo 6:4 dice que el segundo jinete quita la paz que la salida del primer jinete trajo sobre la tierra.

Como vemos, existen abundantes razones para rechazar de plano cualquier intento por identificar al primer jinete con Cristo.

 

Parte 3


Analicemos ahora la interpretación también errónea que sostiene que este primer jinete es el Evangelio.

Quienes defienden esta interpretación, recurren a la profecía dada por Cristo en Mateo referente a que el evangelio sería predicado en todo el mundo antes que venga el fin.

Estos intérpretes ven necesario para que se cumpla esta profecía una fuerte manifestación del Evangelio en los últimos días que estaría representada precisamente por este primer jinete.

Esto es un error por las siguientes razones:

B.1.- Hemos establecido en anteriores párrafos que la interpretación correcta indica que la apertura del primer sello coincide con el inicio de la semana 70 de Daniel, es decir un periodo de 7 años en los cuales Dios volverá a tratar con Israel y probar y castigar al mundo mediante el derramamiento de su ira.

Daniel 9:27, versículo que describe este periodo de 7 años, NO dice que tal periodo de comienzo con la predicación del evangelio o similar, por lo que mal podemos decir que este primer jinete es el evangelio. Por el contrario, el periodo de 7 años o semana 70 comienza con paz, con un pacto que el anticristo habrá de celebrar con Israel y del cual vemos en los noticieros en estos días los que pueden ser ya sus primeros borradores.

B.2.- No hay razón de texto para hacer una identificación en esos términos, asimilando el Evangelio con un jinete sobre un caballo blanco.

B.3.- La profecía pronunciada por Cristo en relación a la predicación del evangelio en todo el mundo previo al fin, se cumplirá durante la tribulación a través de 3 nuevos agentes predicadores que serán:

a) los 144.000 judíos sellados (Apocalipsis 7);

b) el ángel que predica el Evangelio (Apocalipsis 14) y

c) los dos testigos (Apocalipsis 11).

Como ya he señalado en otros párrafos, estos 3 agentes predicadores hacen su aparición precisamente a lo largo de Apocalipsis porque este libro trata de la tribulación y siendo que la iglesia (natural portadora de la comisión de predicar según Mateo 28:19) no estará durante la tribulación, se vuelve entonces necesario que sea sustituida en la tarea de predicar y se cumpla así Mateo 24:14.

B.4.- El contexto bíblico no permite identificar el evangelio con este primer jinete puesto que el evangelio se viene predicando desde el nacimiento mismo del cristianismo (Mateo 28:19) y nunca en todo este tiempo y en toda la escritura se usó un caballo blanco para identificarlo.

B.5.- Vemos que el efecto de la aparición de este primer jinete en la escena apocalíptica es "paz".

Esto se deriva del hecho de que cuando aparece el segundo jinete se dice "le fue dado poder de quitar de la tierra la paz".

Si el segundo jinete tiene poder de quitar de la tierra la paz, es porque el primer jinete había traído paz.

No resultaría lógico identificar a este primer jinete con el evangelio y decir que sale "venciendo y para vencer" y ver que luego fracasa en su intento de establecer paz.

Por tanto, este primer jinete no es ni Cristo ni el evangelio.

Una tercera corriente de interpretación ha intentado identificar erróneamente a este primer jinete con emperadores romanos.

Como hemos visto en anteriores párrafos, la interpretación correcta de Apocalipsis es la futurista, siendo Apocalipsis 6 una profecía de cumplimiento futuro al igual que los capítulos que le siguen.

Las razones por las cuales esta profecía es futura, se cumplirá durante la tribulación y luego del rapto de la iglesia, están abundantemente expuestas más arriba y no considero oportunas desarrollarlas nuevamente aquí.

Una cuarta corriente de interpretación ha intentado identificar este jinete con diferentes movimientos militares ocurridos en el pasado.

El principal argumento de esta interpretación reside en que el primer jinete posee un "arco" y según algunos pasajes del AT esta arma representa el poder militar (Jeremías 49:35; 51:56; Ezequiel 39:3; y Habacuc 3:9).

Esta interpretación debe descartarse por las mismas razones antes señaladas (el carácter futuro de Apocalipsis 6, el cual junto con l
os capítulos que siguen forman parte de "las cosas que han de ser después de estas (era de la iglesia)".

Además, debe descartarse por cuanto "arco" en Apocalipsis 6:2 bien podría estar representando -como veremos- el poder militar o victoria que precisamente seguirán a este primer jinete, sin que ello haga que tal jinete tenga conexión alguna con movimientos militares del pasado que no forman parte de Apocalipsis por ser este de cumplimiento futuro.

 

Parte 4


Del análisis hecho en los anteriores post sobre este mismo versículo surge entonces que en consecuencia, el primer jinete no es ni Cristo, ni cumplimiento de Habacuc 3:9, ni tampoco la predicación del evangelio ni tampoco representación de algun evento, personaje o campaña militar del pasado.

Llegamos al punto donde debemos comenzar a desarrollar la interpretación correcta de Apocalipsis 6:2, para lo cual es necesario recurrir al contexto bíblico como siempre corresponde hacer con todo pasaje, si se quiere llegar a la verdad.

Había señalado y fundamentado en anteriores párrafos que la apertura de los sellos -concretamente la apertura de este primer sello- coincide con el comienzo de los últimos 7 años de reino humano que preceden a la futura segunda venida de Cristo, periodo éste también conocido como semana 70 de Daniel 9:27, o también la futura gran tribulación a la que refiere Mateo 24:21.

Entonces, corresponde recurrir a Daniel 9:27 para determinar que serie de eventos son los que dan comienzo al periodo de tribulación o semana 70 de Daniel y así podremos interpretar correctamente Apocalipsis 6:2 y entenderemos mejor que es lo que realmente acontecerá en la historia de la humanidad cuando se abra el primer sello.

Daniel 9:27 comienza diciendo que
"Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana; hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador"..

E
sta ultima semana de la profecía de Daniel 9 o semana 70 -como vimos en anteriormente, está temporalmente desconectada de las primeras 69 semanas, siendo la era actual que vivimos un intervalo que durará hasta el arrebatamiento de la iglesia. También habíamos visto que bíblicamente no existe ningún inconveniente en colocar un intervalo entre la semana 69 y la 70.

Esto porque que existen muchas profecías que reconocen intervalos en su cumplimiento que ya se van extendiendo por cientos de años y además porque es la misma profecía la que establece en Daniel 9:26 los hechos que ocurrirían en tal intervalo y que nos ayudarían a identificar este periodo (muerte de Cristo, destrucción de Jerusalén por los romanos en el 70 DC). La semana 70 aparece así claramente en desconexión temporal respecto de las primeras 69, con un cumplimiento previsto para LUEGO de la muerte de Cristo, pero sin que se establezca cuanto tiempo LUEGO comenzaría a cumplirse la semana 70.


¿Quien es el que "confirmará el pacto con muchos"?

La respuesta a esta interrogante está en Daniel 9:26 que dice "y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario".

Es decir que quien confirmará un pacto con muchos (es decir con Israel, que es el destinatario exclusivo de la profecía según Daniel 9:24) es el príncipe del pueblo que destruiría Jerusalén en el intervalo que estamos viviendo. Quien destruyó Jerusalén fue el imperio romano, por lo que de allí (hoy actual Unión Europea) será que vendrá un príncipe que establecerá un pacto con Israel en el futuro que será lo que dé comienzo a la tribulación.

Es decir que hasta ahora tenemos que:

A) la semana 70 o gran tribulación de Mateo 24 o últimos 7 años de reino humano de Daniel 9:27 darán comienzo con un pacto que un líder europeo celebrará con Israel.

y

B) Este príncipe -según Daniel 9:27- será quien se se encargará de romper o violar dicho pacto mediante la profanación del templo judío que para ese periodo de tribulación habrá de construirse.

El contenido esencial de ese pacto que dará inicio a la tribulación es
PAZ, pero una paz que no será duradera por dos razones:

a)
porque la única paz duradera solo puede tener lugar cuando venga a reinar el Príncipe de Paz (Isaías 9:6) y

b) p
orque según la profecía, transcurridos 3 años y medio de esa tribulación, dicho pacto será transgredido por el líder europeo y profanados los ritos religiosos judíos que se habrán reinstaurado en el próximo templo judío a construirse.

La aparente PAZ con la cual comenzarán estos 7 años de tribulación explica que el caballo que monta este primer jinete sea
blanco.

Y es el hecho de que esa paz sea meramente aparente lo que explica también que luego de este primer jinete solo sigan guerras y muerte, según surge de Apocalipsis 6:3 que es el verso que describe la apertura del segundo sello.

El significado del
"arco" que este primer jinete porta también se nos aclara ahora que hemos recurrido a Daniel 9:27.

La paz o el pacto de Daniel 9:27 supone una victoria para el príncipe que lo celebre pues estará consiguiendo algo que nunca nadie ha logrado y que será una paz que a simple vista parecerá permanente en medio oriente entre judíos y palestinos

Debe notarse que el primer jinete posee un arco, pero no se hace mención a flechas. La presencia del arco bien referir a que el primer jinete hace su aparición en una situación de guerra o conflicto -medio oriente no tiene paz y ésta es buscada a través de distintas formulas que fracasan una y otra vez- y la ausencia de flechas muestra que la solución viene a través de medios pacíficos.

Precisamente, la apertura de este primer sello supone la celebración de un pacto de paz en medio oriente con la participación de un lider europeo.

Ese logro del principe que parecerá excepcional a los ojos del mundo catapultará a este personaje políticamente en una carrera politico, económico, militar, que terminará con la obtención del poder sobre toda nación, tribu y lengua según establece Apocalipsis 13:7b. Es por ello que Apo 6:2 dice "le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer".

Uds. recordarán que en unos cuantos posts he señalado que Mateo 24 y Apocalipsis 6 son capítulos paralelos, que ambos hablan de un periodo futuro en el que la iglesia no estará y en el cual se desatarán los juicios de Dios sobre la tierra. Pues bien, Mateo 24:5 habla de que "vendrán muchos en mi nombre diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán" y precisamente este príncipe o lider del viejo imperio romano hoy Europa aparecerá como el gran proveedor de soluciones para la humanidad al punto de que será considerado una suerte de mesías. Lo blanco del caballo nos habla del intento de este líder de parecerse a Cristo, que es quien monta realmente un caballo blanco según veremos en Apocalipsis 19:11 y el único que es verdadero hacedor de paz según Isaías 9:6.



 

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